Número 179
Jueves 2 de Junio
de 2011
Director fundador
CARLOS PAYAN VELVER
Directora general
CARMEN LIRA SAADE
Director:
Alejandro Brito Lemus
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Católicas por el Derecho a Decidir
La salud sexual y reproductiva no es pecado ni delito
En el marco del 28 de mayo, Día Internacional de Acción por la Salud de las Mujeres, Católicas por el Derecho a Decidir lamenta la ausencia de políticas públicas y programas locales que garanticen a las mujeres con VIH el acceso a los medicamentos y servicios para cuidar de su vida y de su salud. La atención a la salud de las mujeres no debería subordinarse a ideas conservadoras sobre el rol tradicional que se pretende que cumplan. La salud sexual y reproductiva de las mujeres no es un pecado ni un delito, es un derecho para todas.
En pleno siglo XXI, la pandemia del VIH sigue creciendo, y su expansión a nuevas poblaciones evidencia la creciente feminización del virus en toda la región, incluido México. La Organización Mundial de la Salud reconoce la desventaja que tienen las mujeres en relación al VIH y señala que ésta tiene su origen en aspectos biológicos, económicos, sociales y culturales profundamente arraigados en la inequidad de género. Así lo demuestra que la principal forma de transmisión para mujeres sea a través de relaciones sexuales sin el uso de condones, lo que remite a que muchas adquieren el virus de sus parejas estables. En nuestro país, las cifras son para alarmarse, pues por cada 5 hombres infectados existe una mujer, y en algunos estados la proporción de la infección es de 3 hombres por una mujer.
Es por ello que los movimientos feministas y de mujeres han posicionado un enorme trabajo en las conferencias sobre el VIH y el sida, buscando que la perspectiva de género sea un factor transversal en las diferentes problemáticas de la epidemia. Esto ayuda a visibilizar la situación que enfrentan las mujeres en su relación con el VIH y el sida, y a promover acciones por parte de los gobiernos en beneficio de las mujeres.
Desde Católicas por el Derecho a Decidir nos preocupa la invisibilidad que se le da a la relación que guardan las mujeres y el VIH. En muchas ocasiones les corresponde enfrentar en soledad la infección, la disminución de su salud, el estigma social y la discriminación para acceder a servicios de atención médica gratuita y de calidad que respeten sus derechos sexuales y derechos reproductivos y que les permitan vivir en mejores condiciones.
La falta de visibilidad de esta problemática obstaculiza una respuesta oportuna y sensible a las necesidades particulares de las mujeres, donde los servicios de salud son una pieza clave e indispensable. Por ello es fundamental combatir la falta de información, contar con servicios de salud adecuados, fortalecer programas de desarrollo y de equidad de género y diseñar políticas que incorporen de los derechos sexuales y derechos reproductivos como parte de la respuesta a la relación del VIH y de las mujeres, es tiempo de dejar de mirar la relación de las mujeres con el VIH sólo vertical.
Consideramos necesario que en América Latina se hagan efectivos los esfuerzos mundiales para dar una mejor respuesta a la vulnerabilidad de las mujeres en relación al VIH y al sida. Un ejemplo es el Plan Operativo para el marco de acción de ONUSIDA que incluye la participación del movimiento de mujeres en relación con los grupos y redes que trabajan VIH y mujeres. También es muy importante que se fortalezcan los programas de atención y prevención para mujeres adultas y jóvenes, el acceso al condón femenino de segunda generación y las campañas de sensibilización, a través de los cuales se logrará el empoderamiento de las mujeres en el cuidado de su salud, de tal manera que sean ellas quienes tomen las decisiones sobre su salud de manera informada. Finalmente, consideramos que la reducción del estigma y la discriminación, y el respeto de los derechos humanos de las mujeres es otro reto que debe extenderse a todo el sistema de salud.
Trabajemos juntas para dar una respuesta integral al VIH y al sida y su relación con las mujeres. Basta de fundamentalismos, la salud sexual y reproductiva de las mujeres no es pecado ni delito.
S U B I R
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