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El modelo económico
Intentarán sacar hoy de la cárcel al banquero
Santander premia la Innovación Empresarial
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Caramelo retórico vs. realidad
Cordero: por la vía del discurso
Los siete enanos, emocionados
Un buscapiés tricolor
El DF, objetivo
Diferencias insalvables
Masacres subrogadas
n respuesta a los señalamientos formulados en días recientes por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), en el sentido de que el gobierno mexicano debe eliminar el subsidio a las gasolinas, el rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), José Narro, dijo que la solución a los problemas sociales del país no pasa por quitar o poner un impuesto
, sino por la revisión integral de sus políticas económicas y sistemas fiscales, de distribución del ingreso y de aplicación de programas sociales.
Libertad de profesores
os profesores Máximo Mojica Delgado y Alberto Patísthan Gómez deben estar con sus alumnos, en el salón de clases, y no en las cárceles del gobierno.
uando el pasado primero de mayo el presidente Barack Obama anunció la muerte de Osama Bin Laden dio por terminado un doloroso capítulo de la historia de Estados Unidos. Dijo que se había hecho justicia, palabra que utilizó cinco veces en su breve alocución de ese domingo por la noche.
o es una foto más. Aquí no se trata de inmortalizar el instante intrascendente creado por la mercadotecnia electoral: detrás de la imagen hay, sin duda, un acto de voluntad política guiado por la tenacidad y los buenos oficios de Alejandro Encinas, que le ha permitido hablar con voz propia y dialogar con todas las voces de la izquierda, partidista o no. Simbólicamente, el arranque de campaña de la izquierda en el estado de México cierra un capítulo de graves desencuentros, reubica las diferencias legítimas y las asume como un hecho natural en el proceso de crear una fuerza politica nacional que sea capaz de disputar el poder para hacer las transformaciones de fondo que México requiere.
s justo dar apoyo preferente a alguien simplemente porque ha tenido más logros que otros? En las universidades y en el sistema educativo en general esta es la regla y, no sin arrogancia, quienes en virtud de ella están en la cúspide, proclaman que su aplicación constituye un justo premio al mérito
. Pero si eso fuera hacer justicia, en otros ámbitos lo justo sería darle todo el apoyo posible a Carlos Slim, a Emilio Azcárraga y a Octavio Paz y negárselo al analfabeta viene viene
de la esquina o al campesino que con arduo trabajo sobrevive en su parcela.
l lunes, en Ecatepec, estado de México, se mostró que la coalición de partidos Unidos Podemos Más no es una frase hueca. Ahí estuvieron Cuauhtémoc Cárdenas, Andrés Manuel López Obrador, Marcelo Ebrard, los dirigentes de los partidos coligados (PRD, PT y Convergencia) y varios más que hace unas semanas no parecían ponerse de acuerdo en muchas cosas.
o sabemos si la resistencia de los poderosos cabildos del petróleo, gas, automotriz (máquina de combustión interna) y nucleoelectricidad al cambio de paradigma a favor de energías renovables profundizará el trauma vivido en lo que va del siglo XXI: guerras de agresión en Afganistán, Irak, Libia, etcétera; uso genocida de uranio degradado contra la población de Faluya y Bagdad, con altas tasas de cáncer y de recién nacidos deformes (sin cerebro, con un ojo, sin brazos...); el acoso mediático y político-militar contra Irán y Venezuela, etcétera.
ien, he aquí lo que el presidente Barack Obama debería decir este jueves con respecto a Medio Oriente: “Mañana nos vamos de Afganistán. Mañana nos vamos de Irak. Dejaremos de dar apoyo incondicional y cobarde a Israel. Obligaremos a los estadunidenses –y a la Unión Europea– a poner fin al sitio de Gaza. Suspenderemos todo financiamiento futuro a Israel a menos que cancele, total e incondicionalmente, su construcción de colonias en tierra árabe que no le pertenezca. Cesaremos toda cooperación y negocios con los pérfidos dictadores del mundo árabe –sean sauditas, sirios o libaneses– y apoyaremos la democracia aun en los países donde tenemos enormes intereses de negocios. Ah, sí, y hablaremos con Hamas”.
n menos de una semana estalló como pompa de jabón el último infundio de la famélica quinta columna del imperialismo yanqui en Cuba y sus más connotados voceros en el exterior. Juan Wilfrido Soto García –otro delincuente común reciclado en disidente por la contrarrevolución– había muerto, supuestamente, a consecuencia de la paliza
que le propinaran miembros de la Policía Nacional Revolucionaria en el concurrido Parque Vidal de la ciudad de Santa Clara. Tan pronto comenzó a difundirse la noticia
algunos colegas de América Latina me pidieron más información con el ánimo de ripostarla. Les dije que no sabía más que lo que ellos habían leído pero que no concedía un mínimo de veracidad a aquel extraño relato por haber conocido desde el mismo triunfo de la revolución la forma de proceder de los agentes del orden en Cuba. Podía afirmarlo categóricamente porque sé que, al contrario de casi todos los parajes del orbe, en la isla la policía no apalea a los ciudadanos y los oficiales son instruidos para en caso de ser agredidos emplear técnicas defensivas no letales, y no usar nunca el arma de fuego a menos que se trate de un caso extremo que ponga en grave peligro sus vidas. Por eso y porque es una sociedad sana donde no existe crimen organizado y se puede caminar tranquilamente por las calles a cualquier hora, Cuba no figura en el cotidiano inventario mediático de muertos y heridos por las fuerzas de seguridad –o por delincuentes– común a casi todos los países. En la isla, el pueblo se manifiesta por millones, como el último uno de mayo, en apoyo a la revolución, o se reúne en los barrios de La Habana a gozar de uno de los 32 conciertos gratuito de Silvio Rodríguez. Otro asunto, ese sí, es que todo lo malo que ocurre, o supuestamente ocurre allí, recibe un eco mediático como si el mundo se fuera a acabar.
a política social y sus concepciones son un ámbito de conocimiento de la ciencia política, y son además un punto básico de diferenciación entre izquierda y derecha. Esquematizando se enfrentan hoy dos concepciones básicas de política social: la izquierda propone el universalismo con el reconocimiento de derechos y garantías individuales y exige al Estado garantizarlos para toda la población sin exclusión alguna. La derecha pregona una política social focalizada en los pobres a fin de proporcionarles satisfactores mínimos que no logran adquirir en el mercado o por su posición laboral.
n escena dos obras infantiles para niños de diferente edad, muy distintas entre sí en su tema, dramaturgia y escenificación pero que están muy alejadas de lo rutinario al tratar temas que competen a los infantes actuales, lo que viene siendo una constante del mejor teatro para niños. No tocar de Enrique Olmos de Ita, el joven dramaturgo que ostenta varios premios, es un texto que habla de la pedofilia y sus efectos en la niña que sufre el acoso, esta vez no de un varón sino de la prima adulta que la cuida cuando la madre sale, lo que es un rasgo muy diferente a lo consabido y muestra una gran gama de posibilidades de lo que es el abuso sexual a menores. Trata también de la amistad entre las niñas, la que es la que sufre el abuso, y la que nos cuenta las confidencias de su amiguita, y de paso la falta de comunicación entre madres e hijas. El respeto con que es tratado el espinoso caso ha dado lugar a que la obra se escenifique en varios estados y en la capital debuta con ella como directora –antes fue asistente de dirección de varios montajes– Ixchel de la Rosa que conduce con buen tino a la actriz Isabella Roch, productora del montaje. La directora contó con la asesoría general del proyecto de Carlos Corona y con la psicóloga especialista Lara Durand.
n 1954 viajé a Italia, no me acuerdo por qué, lo que sí tengo grabado en la memoria es que de repente al pasar por Trieste los viajeros, en su mayor parte italianos, empezaron a abrazarse, entusiasmados, y a gritar a voz en cuello, algunos sollozando, Trieste para i triestini!
Entonces había tres clases de pasajeros, los que viajaban en primera, segunda y tercera; yo era de estos últimos, una estudiante con la que sus generosos compañeros de jornada compartían el vino y el pan.
Lo comprendo y le tengo un poco de simpatía, aunque creo que no era un buen tipo. Hizo cosas malas, sí, pero puedo imaginarlo sentado en su búnker, al final. No soy antisemita ni tengo prejuicios raciales, tampoco soy nazi, agregó Foto Reuters