México corre el riesgo de rezagarse en el desarrollo de las tecnologías de la información y el conocimiento (TIC) si no cuenta con un marco regulatorio justo y con énfasis en los derechos del usuario en el mercado de las telecomunicaciones, destacaron especialistas de los centros de investigación del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), quienes advirtieron que enfrentamos una situación muy compleja. La convergencia tecnológica está en peligro por la falta de regulación del Estado.

Arturo Serrano Santoyo, integrante del Centro de Investigación Científica de Educación Superior de Ensenada (CICESE), advirtió que vamos a quedarnos fuera de la jugada si se privilegian sólo los intereses de las empresas y sus monopolios. Agregó que en nuestro país el mercado de las telecomunicaciones es sumamente complejo.

Destacó el caso de América Móvil y Teléfonos de México (Telmex), del empresario Carlos Slim, consideradas entre las más poderosas del mundo y terceras en América Latina en telecomunicaciones, las cuales mantienen un control sustancial de la conectividad, frente a un sector de empresas que también desean ingresar al mercado.

Al participar en una videoconferencia sobre las TIC, Serrano Santoyo, experto en telecomunicaciones, advirtió que el Estado debe crear un marco regulatorio que vele por los derechos del usuario, y no privilegiar sólo el impacto económico en el uso de estas herramientas tecnológicas.

Afirmó que en los próximos años el ancho de banda será tema “central para el desarrollo tecnológico de las TIC, pues ahora que se ha conquistado la movilidad en Internet, viene un segundo paso, que es el cuádruple play: voz, datos, imagen y aplicaciones. La clave será la conectividad”.

Alfredo Hualde Alfaro, investigador de El Colegio de la Frontera Norte, especialista en desarrollo regional y sociedad del conocimiento, enfatizó que el monopolio de las grandes empresas sobre el acceso al mercado de telecomunicaciones no sólo existe en México, sino también en países como Francia, España o Brasil, pero acotó: en todos estos casos el sector público tiende a buscar una regulación.

En nuestro caso –indicó– es necesario llegar a un acuerdo “político y social frente a una disputa por el control de las telecomunicaciones, donde el Estado debe tener clara injerencia, pues se trata de un espacio o bien público que debe estar regulado.

Debe existir un margen de maniobra entre los poderes público y privado, porque no podemos pensar que sólo pueden ser enemigos. Tiene que haber respuesta para un interés legítimo de las empresas en ser rentables, pero también en proteger los derechos de los usuarios.

En México –recordó– “vivimos una paradoja desde hace 25 años, con una economía abierta, con la que se nos dijo que habría competencia de mercado, pero constatamos que esta política no se aplicó en todos los sectores económicos del país.