El proyecto Cabo Cortés, a un lado del parque marino Cabo Pulmo, cerca de Cabo San Lucas, Baja California Sur, no debe realizarse debido a que se pone en serio riesgo la vida del arrecife y la salud ecológica de la región, advirtió Exequiel Ezcurra, quien fue presidente del Instituto Nacional de Ecología, con lo que se suma a las voces de otros expertos y organizaciones ambientalistas en contra de ese plan.

Luego de que la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) dio una nueva autorización de impacto ambiental para el plan, que constará de unos 28 mil cuartos de hotel, Octavio Aburto, del Instituto de Oceanografía Scripps, con sede en San Diego, sostuvo que el ejemplo del manejo del parque nacional Cabo Pulmo ha sentado un buen precedente para no aceptar el dogma de que la única forma de que el país crezca económicamente es sobrexplotando los recursos naturales y destruyendo los ecosistemas, o que el imperativo es generar empleos de baja calidad y dignidad, empeñando nuestros recursos naturales.

Ezcurra, actual director del Instituto para México y Estados Unidos de la Universidad de California, señaló que la opinión de científicos y conservacionistas es que el proyecto de Cabo Cortés no se debe realizar, porque los argumentos para su construcción han sido equivocados y en muchos casos se omitieron datos técnicos, que de no contemplarse ponen en serio riesgo la vida del arrecife de Cabo Pulmo, reportó Greenpeace.

El parque nacional Cabo Pulmo está catalogado por la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura como patrimonio de la humanidad, así como humedal de importancia internacional incluido en la lista Ramsar.

En Cabo Cortés se prevé la construcción de la misma cantidad de habitaciones de hotel que hay en Cancún, pero además se establecerá una zona urbana en una región donde el agua escasea, advirtió Greenpeace. Se trata de un área semidesértica que colinda con el mar.

Alejandro Olivera, coordinador de la campaña de océanos y costas de Greenpeace, consideró preocupante que la tarea actual de la Semarnat sea dar certidumbre al sector turístico, y con la aprobación de Cabo Cortés, la dependencia deja a las próximas administraciones problemas de tipo social y ambiental, cuando dicha secretaría tiene la facultad de decir no desde un principio a cualquier desarrollo que ponga en riesgo los ecosistemas.

El plan tendrá una capacidad habitacional casi igual a la de Cancún, ignorando la opinión de científicos, habitantes de la zona y diversas organizaciones no gubernamentales, además de no tomar en cuenta la disponibilidad de agua de la región y los criterios del Plan de Ordenamiento Ecológico de Los Cabos, agregó Olivera.