¿Televisa rompe con FC?
Chantaje de cara a 2012
Vía libre hacia Toluca
Felipe guarda monedas
Comicios: en busca de blindaje
Apenas es un intento: 7 pesos por cajetilla
Arde París
Se rajaron los priístas... oootra vez
China irrumpe en Turquía
Paraíso fiscal garantizado
Sordos, mudos, ciegos
Duro contra los cautivos
Tres canciones
or segunda ocasión, Nicolas Sarkozy ha provocado un incendio social en Francia. La primera fue hace cinco años, cuando el entonces ministro del Interior alimentó con su insensibilidad y su torpeza el descontento juvenil que cunde en los barrios de la periferia parisina, poblados en buena proporción por descendientes de inmigrantes magrebíes y africanos en general. En aquel entonces la magnitud de las protestas, protagonizadas por adolescentes que no tenían (ni tienen) un lugar definido en su propio país y son objeto automático de sospecha y de atropello policial, llevaron a la suspensión de garantías, al toque de queda y, lo más grave, a una fractura de la sociedad a partes iguales. Fue una revuelta contra el racismo estructural y la marginación.
Vecinos de Neza exigen restablecer servicio de agua
ic. Gabriel Reyes Ramos, director del Odapas Nezahualcóyotl
ividir a la población médica en objetores de conciencia y no objetores, aunque sea complicado, será necesario. Llevar a cabo esa decisión conlleva, sin embargo, un problema que podría interpretarse como intolerancia entre los médicos que suscriben compromisos lógicos
sin cortapisas con sus pacientes, contra los médicos que priorizan su forma de pensar sobre la de los enfermos. No llevar a cabo esa división se ha prestado a malos entendidos, agresiones y conductas inadecuadas de doctores contra enfermos. La apuesta, desde el laicismo, es lógica: toda persona que requiera atención para un problema médico, donde las cuestiones éticas predominen, debería contar con un galeno apto desde el punto de vista médico-quirúrgico y que, además, sea versado en las cuestiones morales que atañen a su interlocutor.
espués de varios decenios de ser aplicado sin mayores respingos por las diversas sociedades afectadas, el modelo de acumulación salvaje encuentra serias oposiciones en sus últimas derivaciones. Las manifestaciones de repudio se iniciaron en el seno de las naciones periféricas y ahora encienden a las desarrolladas. En Francia han sido las más ruidosas, larvadas y están a punto de conseguir su meta de reversar o, al menos, detener algunas de sus aplicaciones llamadas de última generación. En España se montó una huelga general para evidenciar el desagrado por el deterioro en su estado de bienestar y, después de ella, el aprecio por el gobierno socialista de Joseé Luis Rodríguez Zapatero ha caído en picada entre los electores. En Alemania las protestas han sido esporádicas, menores, y no han podido articularse en defensa efectiva de sus apreciadas prestaciones colectivas. En Estados Unidos apenas hace unas cuantas semanas pudieron coordinar sus esfuerzos por hacer oír sus voces de alarma, pero, con posterioridad, han caído en aparente pasividad.
as guerras imperialistas en Asia central han colocado a nuestros pueblos en una situación análoga a la del decenio 1935-45, cuando a raíz de la crisis capitalista de 1929 y la Segunda Guerra Mundial, los estados pegaron un salto de calidad institucional que se mantuvo hasta finales los años setenta.
omprobar lo que sucede en otros países de América Latina nos hace valorar más a Benito Juárez. Hace ciento cincuenta años, con la Ley de Libertad de Cultos, del 4 de diciembre de 1860, el movimiento liberal mexicano sentó las bases para perfilar la laicidad del Estado mexicano. Tal gesta nos ha evitado, aunque con sus excepciones, ver a los titulares del Poder Ejecutivo al frente de ceremonias de la confesión religiosa mayoritaria.
l relámpago en el cielo no se despliega en línea recta. La rugosidad de una coliflor o las caprichosas formaciones de la rama de un árbol son un desafío para los trazos limpios de la geometría que aprendimos en la escuela. Ni las líneas rectas, ni las curvas perfectas existen en la naturaleza. Pero a partir de la obra de Benoît Mandelbrot es posible acercarse a una teoría de la rugosidad irregular que es la marca del universo.
l juego de ecos, reflejado entre los muros del laberinto de callejuelas entre el Sena y la plaza Maubert, me deja escuchar al mismo tiempo el rumor del silencio y un ruido sordo cuando salgo a la calle. Silencio inhabitual del chirrido de motores, sosiego de las calles sin autos. Susurro de miles de pasos sobre el bulevar Saint-Germain por donde desfilan los manifestantes contra las reformas al estatuto que rige la jubilación en Francia.