Letanías del poder
Firmagate
Des(varíos)
Venenos
Fóxitl
IFE analizará alianzas
Los recibos de teléfono, celular y televisión
Están cobrando impuesto sobre impuesto
Justicia a la mujer: ¿también a madres de Sonora?
El modelo económico, agotado
Más de 10 millones de mexicanos, en el autoempleo
Surgen dos formaciones políticas en el DF
Apremian definiciones con amplitud de miras
Sabores zacatecanos
l director general del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Daniel Karam, aseveró ayer que los cónyuges de trabajadores que sean integrantes de matrimonios entre personas del mismo sexo no serán aceptados como derechohabientes de esa institución. El funcionario dijo que, en su interpretación
, la Ley del IMSS requiere de una adecuación en el Congreso de la Unión para que se pueda dar de alta como derechohabiente y beneficiario a las personas del mismo sexo
, lo que significa, en los hechos, la expresión de un propósito injustificable de exclusión y discriminación, que podría dejar fuera de los beneficios de la seguridad social (atención médica, jubilación y otras prestaciones) a un número aún incalculable de ciudadanos mexicanos con derecho a ella.
Gayosso aprovecha momentos de dolor para lucrar, denuncia
ara nadie es sorpresa que la muerte es negocio pero en Gayosso se pasan. El 12 de febrero falleció mi madre. Hacía 31 años que mi padre, previsor y tratando de evitar futuras cargas, le pagó rigurosamente los servicios funerarios y un ataúd a la agencia mencionada.
in orden ni concierto, tal como aparece el profundo debate
sobre las alianzas políticas entre partidos que se reprueban todos frente a todos, veamos una pequeña muestra.
a violencia en la frontera norte ha creado condiciones semejantes a las que se dieron por la insurrección indígena en 1994 en Chiapas: la demanda de autonomía.
o es una maldición, pero casi. Las alianzas del Partido Revolucionario Institucional (PRI) con los gobiernos panistas para incrementar el IVA han terminado convirtiéndose en un bumerán para quienes las impulsan. Promovidas por las dirigencias del tricolor para obtener ganancias inmediatas, han provocado que sus impulsores paguen una costosa factura política.
l asunto de que se abra la posibilidad de que en tiempos de elecciones se permita que personas de la sociedad civil se posicionen y se conviertan en candidatos a un puesto de elección popular ha generado gran controversia. Si bien es cierto que la enorme mayoría de la sociedad se ha manifestado en favor, pues, como bien se percibe, los partidos políticos están totalmente desacreditados y no hay quien les confíe nada (y menos claro después del cochinero PRI-PAN para acordar el asunto de los impuestos), sí hay voces que se manifiestan en contra y algunas que temen que ocurran cosas catastróficas.
l episodio de los pactos secretos entre el PRI y el PAN ha documentado de manera irrebatible que Felipe Calderón, Fernando Gómez Mont, Beatriz Paredes, César Nava y Enrique Peña Nieto, entre otros, conforman una bonita colección de mentirosos: políticos que renuncian a sus compromisos por dinero, que compran con votos legislativos ventajas electorales, que traicionan a sus electores, que sacrifican los intereses del país en aras de su beneficio personal y de facción, y que luego salen a las cámaras y micrófonos a presumir de pureza y de congruencia con el ideario. Ya no podrá decirse que es excesivo y exagerado caracterizarlos como integrantes de un conglomerado mafioso: han quedado desnudos en su inmoralidad, en su adicción al poder, en su carencia de escrúpulos elementales, en su inclinación incurable a usar sus cargos y privilegios –pagados, cómo no, con nuestro dinero– para emprender negocios turbios en los que el Ejecutivo se entromete, por la puerta de atrás, cual suele, en asuntos del Legislativo, en los que unos y otros cargan los dados electorales a conveniencia y, a la postre terminan traicionándose entre sí. Y cuando su inmundicia se desparrama y sale a la luz, aparecen con expresión de recién nacidos para explicarnos que lo que han hecho no tiene nada de malo.
ecientemente se presentó en el museo Carrillo Gil el libro de Ana Garduño que obedece a este título, del que conocíamos y mencionábamos fragmentos a partir de su tesis doctoral. Gira en torno al doctor Alvar Carrillo Gil.