Reconocer los esfuerzos de la sociedad civil en proyectos que contribuyen a la reducción de la pobreza, la desigualdad y combaten la discriminación es una forma de incidir directamente en políticas públicas para recuperar los esquemas de contención social que han sido abandonados por los gobiernos en América Latina, afirmó Roberto Russell, presidente de la Fundación Grupo Vidanta.

En entrevista con La Jornada, Russell se refirió al premio que otorga esta fundación, en sociedad con la Organización de Estados Americanos (OEA ) y la Secretaría Iberamericana (Segib), cuya finalidad es reconocer y apoyar trabajos sobresalientes que se realizan en América Latina y el Caribe para crear mayor conciencia y movilizar a la opinión pública en torno a temas centrales en la problemática de los países de la región.

En este concurso se premia a las iniciativas que no afecten al medio ambiente, que demuestren resultados y beneficios concretos; que exhiban la capacidad de continuarse en el tiempo y ofrecer conocimientos y experiencias que puedan llegar a otros beneficiarios y aplicarse en otros lugares.

Pueden participar personas de países de Latinoamérica, Andorra, España y Portugal. El premio consiste en 100 mil dólares para el primer lugar, 75 mil para el segundo y 50 mil para el tercero.

“Nos interesa el esfuerzo de la sociedad civil, no el de organizaciones que ya trabajan cosas importantes con fondos públicos. Creemos que este premio puede tener un impacto importantísimo en comunidades pobres, en grupos de maestros, de mujeres, de campesinos, de indígenas, de médicos que hagan algo por su país.

Aspiro a que logremos identificar a esa gente y que sus proyectos se conozcan en otras regiones y en otros países. Aspiramos a fortalecer esa red de organizaciones sociales en Latinoamérica y reproducir las experiencias exitosas en todas ellas, apuntó Russell.

Con esto somos más receptivos a ubicar esas pequeñas experiencias en regiones muy apartadas. Hace poco conocí un proyecto en la provincia del Chaco, en Argentina, en la que un grupo de maestros hacen cosas extraordinarias para sacar a un montón de chicos de la pobreza y del analfabetismo absoluto. Son experiencias que, estoy seguro, pueden ser transferibles a otras realidades y es algo que nadie reconoce y que nadie premia. Hay un montón de premios para novelas, poesías, pero no para proyectos como éste, y nosotros queremos dar ese primer paso, agregó.

Doctor en Relaciones Internacionales por la Universidad Johns Hopkins, consultor del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo de la UNESCO, entre otros, Russell comentó que los trabajos para el premio se recibirán hasta el 2 de abril y el fallo se emitirá en junio próximo.