Número 163 |
Carlos Aguirre ¡Oh Dios! “La mujer está tan ávida de placer que es tan perversa como los animales”. Con esta frase de Orígenes, uno de los llamados padres de la Iglesia católica, montada con luz neón en una capilla, da comienzo la exposición plástica ¡Oh-dios!, del artista plástico Carlos Aguirre. Expuesta el año pasado en el museo Ex Teresa Arte Actual, antes templo de Santa Teresa la Antigua, el artista plasma, en una serie de cajas luminosas de vinil de gran tamaño, la hipocresía que ha caracterizado a la Iglesia católica a lo largo de su historia, en torno a la sexualidad. La misoginia de la Iglesia católica es proverbial, en el cuerpo de la mujer concentra toda la maldad, la perversión y el peligro que acecha al hombre, le comentamos. Excepto María, nos dice, “es muy curioso cómo a través de los siglos van convirtiendo a María en una virgen. En un principio se aceptaba que Jesús tenía hermanos, después a esos hermanos los colocaron como medios hermanos hijos de José, pero eso significaba que José había tenido hijos con otra mujer anterior y no con María que era virgen, entonces hicieron virgen a José y los medios hermanos pasaron a ser primos. Todas las historias oficiales son falsas, y las de la Iglesia católica son divertidísimas, y lo que más me impacta es como siendo tan obvio todo, siga teniendo tanta fuerza.” Y hablando de odios, Carlos Aguirre admite abiertamente el suyo hacia la Iglesia católica, sentimiento nacido desde muy joven debido a una historia personal, cuando vivía en Acapulco y estudiaba en la escuela La Salle, de corte religioso. “El director de la escuela nos metía unas manoseadas impresionantes. Ezequiel Nieto era o es su nombre y cada vez que podía se acercaba a nosotros, nos llevaba a la dirección y nos metía mano por donde podía. Cuando estás en quinto de primaria es muy complicado entender qué está pasando, saber defenderte y, sobre todo, poder decírselo a tus padres. Desde entonces cuestioné toda esa hipocresía de la Iglesia. Cuarenta años después, es un tema que me apasiona porque me parece que es una cueva de gente excesivamente perversa, que utiliza y manipula a la gente”. Ese apasionamiento lo llevó a grabar los sermones en las iglesias del primer cuadro de la ciudad, incluido el de Norberto Rivera, y los reprodujo al mismo tiempo en cuatro bocinas que colocó en la nave principal del ex templo. Cada bocina con un sermón distinto, lo que generaba, según nos explica, una cacofonía al ritmo de los aburridos sermones parroquiales. Dominen sus pasiones, no se vayan a parecer a nosotros No dudas en calificarlos de “perversos”, le decimos. Lo son, lo son, responde con firmeza y añade, “yo lo puedo confirmar, ya lo dije, con nombres y apellidos, que son unos perversos. No dudo que haya curas con buenas intenciones y que sean tan reprimidos que no tienen ningún tipo de problemas o que masturbándose logran sacar toda su energía”. Los mismos padres de la Iglesia como Orígenes o teólogos de la altura de San Agustín tienen sus historias truculentas”. El primero, nos comenta Carlos Aguirre, fue un mujeriego arrepentido que por sentimiento de culpa llegó a castrarse para ya no sufrir tentaciones, según cuenta la leyenda. ¿Cuál fue la reacción del público que visitó tu exposición?, le preguntamos. “Estuvo muy dividida entre un ‘¡bravo!’ y la maldición. Tengo el cuaderno donde los visitantes apuntaron sus opiniones. Pero cre que las exposiciones no están hechas solamente para el placer estético sino también para el intercambio de ideas”. Lo dice un artista que perteneció a una generación en la que el contenido social del arte era un componente central de su trabajo, durante los años setenta y principios de los ochenta. Ahora prepara un trabajo sobre los cristeros para el Museo Universitario de Arte Contemporáneo, lo que le resulta muy interesante por el paralelo que se está dando con toda esta falta de respeto por parte del clero católico hacia lo que significa el Estado laico, a partir de las discusiones sobre los matrimonios del mismo sexo y la interrupción legal de embarazos. Con suerte y la reveladora y luminosa exposición ¡Oh-dios! la podamos volver a apreciar próximamente en un espacio como la UAM, que ya la solicitó aunque aún no se concreta nada, nos anuncia finalmente Carlos Aguirre. (Alejandro Brito) |
Matrimonio homosexual: Entrevista ¡Oh Dios! Los odios de la Iglesia católica Carlos Aguirre LA CONTRA El erotismo no tiene fecha de caducidad Editorial
|
||||