Fueron ultimados el 24 de enero; antes habían sido asaltados por policías
Dos uniformados también violaron a otras tantas centroamericanas
Viernes 29 de enero de 2010, p. 46
Ixtepec, Oax., 28 de enero. Los cuerpos de tres migrantes salvadoreños que fueron asesinados la mañana del 24 de enero, después de haber sido asaltados, primero, por un grupo de policías federales, y después por sus victimarios, aún no han sido encontrados por las autoridades policiacas de la entidad.
El martes, elementos de la Agencia Estatal de Investigación detuvieron en el municipio de Chahuites a Francisco Gómez Hernández, de 20 años, y Eliseo Gómez Ortiz, de 23 años, acusados de participar en el triple homicidio y de violar a dos migrantes, una salvadoreña de 18 años y otra hondureña, también la mañana del 24 de enero.
A los detenidos les incautaron dinero en lempiras hondureñas y colones salvadoreños, dólares, identificaciones, teléfonos celulares, ropa y zapatos de sus víctimas.
El subprocurador regional de Justicia, Gustavo Francisco García, informó que con base en los testimonios de los migrantes que acompañaban a las víctimas, la Agencia del Ministerio Público de Juchitán inició una averiguación previa.
Los homicidios
La hondureña Esmeralda Carolina Cáceres, de 25 años, narró que la mañana del 24 de enero, caminaba con su pareja, el joven salvadoreño Melvin de Jesús, El Pelón, a quien conoció en Arriaga, Chiapas, días antes de abordar el tren. Con ellos iban dos salvadoreños más, a los que sólo ubica por sus apodos El Perro y El Chucky.
Cerca del paraje Los Corazones, en las inmediaciones de Chahuites, Oaxaca, salieron tres sujetos armados con pistolas y machetes, quienes los golpearon y despojaron de las pocas pertenencias que les quedaban, pues la noche anterior habían sufrido un asalto a manos de agentes federales.
Luis Argenis Fernández Caloca, originario del municipio de Ecatepec, estado de México, quien conoció a los migrantes e hizo amistad con ellos en el tren, pues regresaba de una fiesta en Chiapas, supo de la agresión que sufrieron y regresó con los tres salvadoreños al sitio donde les habían robado para tratar de recuperar sus maletas.
Ahí seguían dos de los asaltantes. Melvin de Jesús les exigió que les devolvieran sus cosas; en respuesta los ladrones les lanzaron piedras y ellos contestaron de la misma forma.
Los agresores se retiraron dejando en el lugar una montura y dos machetes que fueron recogidos por los migrantes. Uno de los asaltantes amenazó: dejen la silla del caballo, o mi padre los va a matar
.
Fernández Caloca recuerda que no habían caminado mucho cuando fueron alcanzados por tres personas en una camioneta azul, una de las cuales se bajó y disparó contra El Pelón, El Perro y El Chucky, quienes cayeron muertos.
En su intento por huir, Fernández Caloca quedó atrapado en una cerca de alambre de donde fue sacado a golpes, me golpearon en la espalda con el machete
, dice al tiempo que muestra la huella de la herida.
Suplicando por su vida y prometiendo que no diría nada, logró salvarse, aunque no olvida cómo fueron asesinados sus compañeros de viaje.
Uno de los homicidas le dijo a un señor gordo y cachetón, “apá, métales otro balazo para que no sufran” y les volvió a disparar con la escopeta.
Por separado, Alejandro Solalinde, coordinador de la Movilidad Humana del Episcopado Mexicano en la Región Pacífico Sur, reveló que Carolina Cáceres, denunció que la noche del 23 de enero los migrantes fueron asaltados por 20 policías federales que detuvieron el tren, proveniente de Arriaga, Chiapas, antes de llegar a Chahuites, y les robaron dinero.
El sacerdote, encargado del Albergue del Migrante en Ciudad Ixtepec, explicó que por este motivo la mujer de 25 años interpuso una denuncia penal.
Agregó que durante una inspección al lugar de la agresión, en el retén de Tepanatepec, las migrantes salvadoreñas Esmeralda y Dalila Consuelo, así como Luis Argenis Fernández Caloca, identificaron a dos de los agentes federales, asignados a la patrulla 14047, como los uniformados que les robaron.