Viernes 29 de enero de 2010, p. 45
Debido a la falta de políticas eficaces, a la pobreza y a la ausencia de educación en materia de alimentación, en México coexisten dos caras de la misma moneda: se encabeza la lista de naciones con mayor índice de obesidad infantil y por otro lado hay un millón 800 mil infantes de cero a cinco años desnutridos.
Lo anterior fue planteado por directivos de organizaciones ciudadanas que combaten la desnutrición en infantes, durante la entrega de un donativo del laboratorio Boehringer Ingelheim.
Gustavo Maldonado Venegas, director general de Fondo para la Paz, expuso que en México la pobreza tiene rostro indígena, pues alrededor de 7 de cada 10 niños de estas comunidades sufre desnutrición, la cual de no atenderse daña su potencial físico e intelectual
. Por esto la agrupación que dirige orienta su trabajo a zonas indígenas en extrema pobreza.
Samuel Araiza Alcaraz, presidente de la Fundación Tarahumara, José A. Llaguno, lamentó que prevalezcan contrastes como la obesidad y la desnutrición infantil y acotó que mientras la primera se debe en muchos casos al desconocimiento de lo que es una alimentación saludable, así como por la adopción de malos hábitos alimenticios importados y la falta de acceso a ciertos productos, la desnutrición se explica por la pobreza.