Durante la 81 peregrinación de la Arquidiócesis de México a la Basílica de Guadalupe, el cardenal Norberto Rivera Carrera criticó que en ciertas circunstancias lo que prevalezca sean los intereses personales o de grupo y las ganancias económicas y llamó a los capitalinos a convertirnos en buena noticia para la ciudad de México.

También hizo hincapié en que debido a la crisis económica cada vez más personas sufren tribulaciones y exhortó a mostrar comprensión hacia quienes se sienten deprimidos porque no encuentran alternativas para salir adelante con sus familias.

Añadió que la feligresía debe expresarles a quienes experimentan las consecuencias de la problemática económica esperanza y misericordia, actitudes humanas y cristianas que hacen falta en nuestro ambiente urbano.

Poco antes, durante la procesión que partió desde la glorieta de Peralvillo, la cual se realizó bajo una persistente lluvia, diversos grupos de laicos, entre ellos Unión de Voluntades, hicieron patente su respaldo al resguardo de la vida, la familia y a los matrimonios heterosexuales, por medio de pancartas que expresaban: Sí a la vida, sí a la familia y sí al matrimonio entre un hombre y una mujer.

Al respecto, Pedro Rivera Díaz, coordinador de la peregrinación y rector de la antigua Basílica de Guadalupe, señaló en entrevista que este año estuvo dedicada a los sacerdotes y en demanda de la pronta beatificación de Juan Pablo II, y precisó que no obstante esto, debido a las reformas aprobadas por la Asamblea Legislativa del Distrito Federal sobre las bodas gays y la posibilidad de que estas parejas adopten menores, así como la concreción de cambios en diversos estados a favor de la vida , algunos feligreses tomaron la iniciativa de expresar su sentir sobre estos temas.

Sobre esto, Rivera Díaz comentó que lo pertinente sería que los legisladores, sean del partido que sean, al emitir leyes respeten los principios y valores que rigen a la sociedad (...) porque la autoridad que se les ha conferido no es tirana, sino dialogante y respetuosa.

El religioso insistió en el resguardo de los infantes, tanto en el vientre materno como dentro de una familia. Un niño tiene derecho a ser educado y cuidado por sus progenitores; la paternidad y la maternidad no son un derecho, nadie tiene derecho a tener un hijo(a), las personas no son cosas y los diputados no pueden asumir como derecho lo que no lo es.