El acusado declina colaborar como
Lunes 4 de enero de 2010, p. 8
A Carlos Beltrán Leyva, detenido en Sinaloa el pasado 30 de diciembre, se le atribuye haber lavado unos 45 millones de pesos mediante la adquisición de fincas, casas, departamentos, vehículos de lujo y armas de grueso calibre que eran utilizadas por la organización criminal que encabezaba su hermano Arturo, informaron fuentes ministeriales.
También se busca responsabilizarlo de operar las inversiones que utilizaba el cártel Beltrán Leyva para viáticos de sicarios y el pago de nóminas a policías, funcionarios públicos y colaboradores del grupo delictivo.
El hombre, de 40 años, fue trasladado ayer a una casa de arraigos de la Procuraduría General de la República (PGR) para que cumpla una medida cautelar por 40 días, debido a que se le indaga por su presunta responsabilidad en operaciones con recursos de procedencia ilícita y delincuencia organizada.
Por la tarde, la dependencia confirmó que un juez federal concedió el arraigo del hermano de El jefe de jefes.
Según versiones difundidas por un abogado que pidió el anonimato y dijo que asesora a Carlos Beltrán, los fiscales antidrogas han ofrecido con insistencia al detenido acogerse al programa de testigo colaborador a cambio de que el Ministerio Público Federal disminuya los cargos penales en su contra al momento de la consignación.
Sostuvo que Beltrán no ha aceptado colaborar, pues tiene muy claro que le quieren sacar información sobre el paradero de sus otros hermanos varones.
Beltrán presentó al momento de su detención una licencia de conducir falsa a nombre de Carlos Gámez Orpineda, presuntamente emitida en Sinaloa, pero aceptó su identidad verdadera, detalló la dependencia en un comunicado.
La aprehensión fue revelada por la SSP federal cuatro días después de ocurrida.
En un comunicado, la PGR informó que el juzgado primero federal penal especializado concedió el arraigo contra Carlos Beltrán. Sin embargo, el hermano del también narcotraficante Héctor Beltrán Leyva no figuraba entre los delincuentes más buscados por la PGR ni por el gobierno de Estados Unidos, pero contaba con una orden de localización y presentación derivada de una averiguación previa iniciada en Sinaloa.
Su detención ocurrió 14 días después de que El Barbas murió en un enfrentamiento con la Armada de México en Cuernavaca, Morelos, en los condominios Altitude.
Durante la captura, la autoridad le confiscó una pistola calibre 45 mm, un arma larga calibre 308, tres cargadores, 54 cartuchos, un radio, tres celulares y 31 envoltorios de, al parecer, cocaína.