Frente a las críticas que hizo el dirigente de la industria de telecomunicaciones por cable a Telmex y Telcel por recurrir a prácticas monopólicas, el presidente Felipe Calderón respondió que no es con descalificaciones individuales ni personalizadas como avanzará la competencia en el sector.

Afirmó que la convicción de su gobierno es que el potencial de crecimiento del sector telecomunicaciones es suficiente para todos, y una ordenada regulación del mercado reclama la buena voluntad de todos los actores, sin excepción.

En un discurso de brevedad inusual –12 minutos–, Calderón contestó a Alejandro Puente, dirigente de la Cámara Nacional de la Industria de Telecomunicaciones por Cable (Canitec), quien arremetió contra las empresas del multimillonario Carlos Slim –a quien no mencionó por su nombre–, los monopolios y la existencia de las prácticas más infames para intimidar a quienes alzan la voz y no se dejan amedrentar.

En el contexto del reciente relevo de Luis Tellez en la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, en medio de la pugnas entre Telmex y Televisa, Canitec realizó ayer una comida para inaugurar una exposición.

En el presídium estaban el sucesor de Téllez, Juan Molinar Horcasitas; el secretario del Trabajo, Javier Lozano; el director de la Compañía Federal de Electricidad, Alfredo Elias Ayub; el vocero de Los Pinos, Maximiliano Cortázar, y la coordinadora de Imagen de la Presidencia, Alejandra Sota.

Abiertas acusaciones

Puente comenzó por acusar abiertamente a Telmex y a Telcel de marchar en el camino contrario al interés público, no obstante que durante casi dos décadas han gozado de una regulación inconclusa permitiéndole dominar todos los mercados donde participa, y de rehusarse a que haya nuevas condiciones del juego más justas que den pie a un descenso de las tarifas.

Pero no sólo eso, a través del abuso de recursos jurídicos Telmex y Telcel pretenden evitar que las medidas regulatorias que ha diseñado el gobierno federal transformen al sector, buscan que permanezca el statu quo en contra del interés del país para preservar sus prebendas, señaló el líder de los cableros.

Se quejó de que Telmex detuvo por más de dos años y medio la consolidación de las áreas de servicio local en perjuicio de 33 millones de mexicanos; además ha anunciado que también evitará la aplicación del plan técnico fundamental de interconexión y de dominancia de la Comisión Federal de Competencia.

Fue más allá y advirtió que han terminado los tiempos en que los competidores no decían las cosas por su nombre y todo se resolvía en la opacidad de las negociaciones en las oficinas gubernamentales y tribunales.

México no soporta más la permanencia de monopolios, aseguró, por lo que llamó a los poderes Legislativo y Judicial a asumir su responsabilidad y a redefinir las condiciones de un sector que si bien no tiene atención mediática ni rentabilidad política, es detonador de la competitividad.

Luego vino la respuesta de Calderón, quien ofreció velar por el cumplimiento de la legalidad, del respeto irrestricto al estado de derecho, con la convicción de que nadie puede estar ni estará por encima de la ley.

Al defender la política aplicada por su gobierno en telecomunicaciones, explicó que ha promovido la entrada de nuevos actores a fin de que los consumidores tengan más y mejores opciones.

Por ello, consideró indispensable resolver los problemas relacionados con barreras de entrada al mercado y generar condiciones de equidad y mayor competencia.

Sin embargo, llamó a los industriales a no caer en descalificaciones y a privilegiar las coincidencias para hacer de este sector un verdadero vehículo para que los mexicanos puedan mejorar su calidad de vida.

Insistió que se requiere un marco jurídico y una política pública que fomente las tres C: cobertura, convergencia y competencia en este sector.