La Presidencia de la República envió ayer al Senado la iniciativa para reformar la banca de desarrollo, a fin de que crear una sola institución que englobe todos los apoyos crediticios del gobierno federal, para atender al sector empresarial y, fundamentalmente, se asegura, a las pequeñas y medianas empresas, con operaciones incluso de riesgo.

Se propone permitir que la banca de desarrollo, limitada a dar créditos productivos, pueda financiar a empresas e intermediarios financieros a cumplir con compromisos adquiridos, es decir refinanciar deudas.

En ese sentido se modifica la Ley Orgánica del Banco Nacional de Obras Públicos (Banobras) a fin de que pueda apoyar a empresas que han invertido en infraestructura y que no puedan enfrentar sus vencimientos de deuda.

En la exposición de motivos de esa iniciativa que reforma ocho ordenamientos legales, se indica que la intención es fusionar a Nacional Financiera (Nafin) con el Banco Nacional de Comercio Exterior (Bancomext) y el Fideicomiso de Fomento Minero, a fin de crear la banca de desarrollo empresarial, que habrá de operar con mayor autonomía de gestión, libre de restricciones innecesarias y con un régimen más flexible de inversión y de créditos para incrementar el financiamiento y reducir los costos de las empresas.

Se asegura que con la fusión, el capital de los fondos y la reforma en conjunto, se permitirá incrementar la cartera de la banca de desarrollo en 60 mil millones de pesos.

La iniciativa presidencial propone asimismo modificar la Ley Orgánica del Banco Nacional del Ejército, Fuerza Aérea y Armada, a fin de que los fondos de ahorro y de trabajo de soldados y marinos que hayan desertado y en los tres años siguientes no los reclamen, prescribirán a favor del gobierno federal.

Los recursos se transferirán a la Secretaría de Hacienda, para que ésta los distribuya entre las secretarías de Defensa y de Marina. Es un procedimiento similar al previsto en el artículo 61 de la Ley de Instituciones de Crédito, para el uso de los recursos que de las cuentas de captación que no hayan registrado movimientos en un periodo de tres años.

La reformas son particularmente apropiadas en la actual coyuntura, toda vez que ante la escasez de financiamiento a nivel glotal es necesario emplear en toda su magnitud una de las herramientas contracíclicas más efectivas que tiene el Estado mexicano”, se insiste en la exposición de motivos, en la que se deja claro que el proyecto forma parte de la estrategia para apuntalar al sector empresarial.

La fusión de Nafinsa, Bancomext y el Fideicomiso de Fomento Minero evitará duplicar procesos y costos a las empresas e intermediarias, y se mejorarán los apoyos financieros al sector empresarial y exportador.

Contar con una sola institución de banca de desarrollo empresarial, se insiste, permitirá aprovechar las experiencias exitosas de los tres organismos en productos y servicios crediticios, que permitan la integración de cadenas productivas locales y de exportación.

Se plantea modificar la Ley de Instituciones de Crédito con miras a que la banca de desarrollo pueda incurrir en algunos riesgos y desarrollar programas en áreas que no se obtienen retornos inmediatos. El artículo 30 de esa legislación establece en la actualidad que la banca de desarrollo deber preservar y mantener su capital, lo que se ha interpretado que en cada una de las operaciones se debe recuperar el principal prestado.

Ello no opera, sobre todo porque el objeto de la banca de desarrollo es apoyar a quien no tiene acceso al financiamiento. El cambio propuesto es en el sentido de que sea el consejo directivo de las instituciones nacionales de crédito el que defina los criterios para preservar y mantener el capital, en el desarrollo de sus funciones.

La iniciativa presidencial entrará hoy al pleno del Senado.