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Bazar de asombros
HUGO GUTIÉRREZ VEGA
Siete Poetas
Las industrias culturales
en un mundo globalizado
ALEJANDRO PESCADOR
La resurrección de
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LUIS HERNÁNDEZ NAVARRO
Mis días con
Mario Levrero
CARMEN SIMÓN
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Siete Poetas
Stabat mater
Alberto Blanco
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a Halina Poswiatowska
Cuando se ha sentido el dolor
en el regazo de la madre
por una disputa entre hermanos
Cuando se ha visto nacer
una luz en la cima del Gólgota
como un mundo nuevo
en una gota de brillante sangre
multiplicada en cascos de cromo
bajo la sombra de las palomas
¿qué importa si el rayo
del fin del mundo llega
o si la salvación y el abismo
son a final de cuentas
exactamente lo mismo?
¿Qué importa, pues,
si el dolor es tan profundo? |
para mi primo Luis Ignacio Helguera
Habla la luz
ígneo grito hacia la noche
retal de partituras en el cielo
(aquí no hay nada
sube sube sube sube)
Corre la luz
en tu alma escarnecida de silencios
de tu cuerpo quieto de pesares
(aquí no hay viento
sube sube sube sube)
Habla la luz
que fluyó siempre en tus labios
feroz inteligencia musical
(aquí no hay nadie
sube sube sube sube)
Canta la luz
sobre el arco amoroso del violín
y moja la tinta de tus versos
(aquí no hay viento
sube sube sube sube)
Corre la luz
como la sangre corre y se detiene
dejas atrás las penas, los lamentos
en tu nuevo encuentro celestial
te libera:
subes
subes
subes
a la espiral eterna
de los tiempos. |
Diminutivo inferior 1
Alberto Roblest
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Acércate
esto no es un lago es un espejo
no hay serpiente o águila
comiéndose una a otra
u esperándote
Aquí sí vas a ahogarte
no será en una fábula
sino en tu propio reflejo
y todo lo que ves no existe
los peces en realidad
son aves y los corales nubes encalladas
los barcos hundidos son aviones
que no flotan y los buzos
paracaidistas que no caen
si lees mal te hundes
y si te detienes mucho
sobre un lugar desapareces
a lo que voy y no te estoy diciendo
es que esta es una realidad invertida
–aditrevni
el mañana no existe –para ti–
y por las noches debes estar alerta
y poner mucha atención /
cuando mires las estrellas
y todo lo que brilla
y refulge a tu alrededor
...Ah y cuando el sol esté muy en lo alto
ten cuidado de no asomarte
Una cosa más: en el fondo de esta
superficie no hay
un corazón palpitando.
(A mis compatriotas emigrados donde se encuentren en cualquier lugar del mundo).
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Monumento a Maria Bethânia
Rodolfo Alonso
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Música é perfume.
M. B.
En el aire, en el mar,
en lo neto del día
o la precisa noche,
sin crepúsculo nunca,
en Brasil que es un mundo,
en el mundo, en el mundo
crepitante y veloz
hay lugar para un mundo:
la voz que usa tu cuerpo.
Hay tono, hay densidad,
hay gravedad, hay timbre,
hay palabra que canta
y hay música que expresa
el latido que sientes.
Rige, Bethânia, ordena
el caos en sentido,
la altura en cante hondo,
la intensidá en aliento.
Ruge, Bethânia, ruge,
feroz delicadeza,
no hay poesía en los libros,
no alcanza la lectura,
oír no es suficiente,
y nada es suficiente
ni siquiera la música.
Porque del pueblo viene,
del humus de lo humano,
de la lengua hecha canto
la luz que te oscurece,
el resplandor orgánico:
la luz que usa tu cuerpo. |
Desmerecimientos
Hjalmar Flax
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Nunca nos merecimos las mujeres
que tanto nos amaron
ni comprendemos por qué así fue.
Sólo sabemos con certeza
las coincidencias de los cuerpos.
El resto adivinamos, construimos
de convencionalismos y elucubraciones.
Hoy, desde la soledad de incomprensión
donde nos abrazábamos,
nos damos cuenta de que ellas
tampoco nos merecieron.
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La Vita Nuova
Weldon Kees
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El verano pasado, en el calor azul,
por la playa, en el aire quemante,
un mendigo arrastrándose sin piernas
sobre sus puños callosos,
hacia donde yo esperaba con las aves
deslumbradas por el sol.
Dijo “el verano hierve hasta secarse.
Mi vida
se junta con otra vida; esta piel tostada
se seca y se seca y se descarapela,
se vuelve tu traje cuando sopla la
hojarasca”.
–Entonces en el otoño diluyéndose
por las calles, yo, ahora voy
arrastrándome
sin piernas junto a ti y pronuncio tu
nombre
debajo de un cielo gris desgarrado
por el trueno y el viento cambiante.
Tomado de Modern American Poetry.
Versión de Estrella Del Valle y Anthony Seidman
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Regresa de los vientos del otoño
El niño en la ventana de hospital
recuerda el día en que lo aislaron,
desde el octavo piso
les mostró a sus hermanos
el cartel de un ratón.
Último día en casa,
su espalda dormitaba
en agua tibia.
La madre llegó tarde
con su frasco,
el alivio bendito
del templo de las llagas.
Usamos el rosario para dejarlo ir.
La casa oscureció.
Pasaban el fariseo y el morboso
a contemplar al muerto,
a tomar café,
a bendecir lo que no habían perdido.
Aquella tarde
dejé una bolsa de dulces
en el brazo de mi hermano.
El viaje hacia la luz
podría ser la ensoñación
de un caramelo.
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