Portada
Presentación
Bazar de asombros
HUGO GUTIÉRREZ VEGA
Presos en todavía
cuento corto y repetitivo
ALEJANDRO MARÍN
Poema
ODYSSEAS ELYTIS
Algo sobre Fanny Rabel
RAQUEL TIBOL
Antonio Gamoneda: la constelación del lenguaje
El exilio fecundo de Gombrowicz
ALEJANDRO MICHELENA
Sorpresa con Hegel
MANUEL JIMÉNEZ REDONDO
Jacques Prévert:
ni santo ni mártir
RODOLFO ALONSO
Columnas:
Galería
RODOLFO ALONSO
Las Rayas de la Cebra
VERÓNICA MURGUíA
Bemol Sostenido
ALONSO ARREOLA
Cinexcusas
LUIS TOVAR
Corporal
MANUEL STEPHENS
Cabezalcubo
JORGE MOCH
El Mono de Alambre
NOÉ MORALES MUÑOZ
Mentiras Transparentes
FELIPE GARRIDO
Al Vuelo
ROGELIO GUEDEA
Directorio
Núm. anteriores
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Felipe Garrido
Tereyasi
Dicen que el tereyasi es un pájaro grande, muy silbador, azul, verde y amarillo. Que llega al pardear la tarde y se para en los aleros de los tejados; allí lanza su grito, yasi, yasi, yasi... Es gran cazador de peces, ranas y ajolotes, y le gustan las guayabas, los higos, los duraznos, pero más que nada las granadas. Las abre como si las acariciara, mete el pico y se lleva solamente un grano, brillante como un rubí o como la carne abierta. La gente lo persigue, lo espanta, lo mata porque dice que con la primera estrella se convierte en un enano que se roba a las muchachas bonitas. Dicen que se le conoce en que lleva siempre un sombrero de paja, de alas muy anchas, con una pluma azul, otra verde y otra amarilla, y un bastón de oro con un rubí. Dicen que otros nunca espantan al tereyasi. Lo siguen, lo acechan, esperan atraparlo cuando se vuelva el enano, porque dicen que quien consiga quitarle su bastón se hará irresistible a cualquier mujer.
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