EU BAJO ATAQUE
Jim Cason y David Brooks
¡Que Jesús nos salve!
Se revela el misterio del "exitoso" duct tape
Brotes de inconformidad entre los jóvenes
Cada día hay más mensajeros de la salvación.
En el metro de Nueva York algunas voces interrumpen para proclamar que
se avecina el día del juicio final, y que es hora de aceptar a Jesucristo
como única vía para la salvación. O sea, el único
camino hacia la paz eterna requiere de más que el solo desarme de
Saddam.
"Nos odian y por eso hay que atacarlos", insiste el representante
republicano Dana Rohrbacher en la televisión, haciéndose
eco de tantos más de sus colegas en la cúpula política.
¿No que Jesús dijo que hay que amar al prójimo como
a sí mismo?
Pero
si ni Rohrbacher ni Jesús nos logran salvar a todos; tal vez hay
que gastar 19.95 dólares y comprar los "bloqueadores de radiación"
que ofrece la publicidad que hoy publica el New York Times. Son
las píldoras de potasio y yodo que, dice, si se toman inmediatamente,
pueden bloquear la radiación que causa cáncer. "Use de inmediato
en caso de una filtración de una planta generadora o una bomba terrorista".
Pero si los religiosos, los políticos y las píldoras
fallan, siempre hay la cinta adhesiva de plomería o duct tape,
que el Departamento de Seguridad Interna tanto ha promovido para sellar
puertas y ventanas ante un ataque biológico o químico. Con
esta cinta duct, uno debe pegar mantas de plástico para defenderse
de esos malévolos que tanto "nos odian". Pero hasta ahora nadie
entendía por qué la famosa cinta era presentada por el gobierno
como una de las mejores armas contra el "terrorismo".
El misterio fue revelado esta semana por el columnista
Al Kamen, del Wa-shington Post. Resulta que las ventas del duct
tape se han elevado a niveles estratosféricos. Jack Kahl dice
que su fábrica ha visto que "las ventas se han duplicado o incluso
triplicado, particularmente en ciertos mercados metropolitanos y alrededor
de las costas y las fronteras", y señaló que la planta está
trabajando a capacidad, con un incremento de producción de 40 por
ciento.
¿Y quién es Kahl? Dueño de la empresa
que produce 46 por ciento del duct tape en Estados Unidos. Su padre
y fundador de la empresa contribuyó con más de 100 mil dólares
a las campañas electorales de los republicanos en el ciclo electoral
de 2000. Ah....
Bueno, si ni Jesús, los políticos, las píldoras
o el duct tape logran salvar al país ¿quién
podrá hacerlo?
Tal vez una joven basquetbolista en la pequeña
universidad Manhattanville en los suburbios de Nueva York. Ella se ha convertido
en noticia nacional ya que al inicio de cada partido, cuando se entona
el himno nacional y todos vuelven a saludar a la bandera, ella se da media
vuelta y le da la espalda.
Toni Smith ha hecho esto toda la temporada. Se ha negado
a hablar sobre el tema, pero la estudiante de sociología emitió
una declaración informando de sus razones: "las desigualdades que
están enterradas dentro del sistema estadunidense" y "la guerra
que Estados Unidos pronto desenlazará".
Esa semana, su protesta provocó tal ira que un
veterano de la guerra de Vietnam irrumpió a la arena y la enfrentó
cara a cara con una bandera estadunidense. El hombre fue expulsado del
lugar, pero ha mantenido, con una decena de sus amigos, una protesta en
las afueras de la universidad. Otros han llegado a los partidos con banderitas
estadunidenses y han cantado Dios bendiga a América después
de una rechifla a Smith en varios momentos. Ella ha mantenido su protesta.
Mientras tanto, en Dearborn, Michigan, un estudiante de
preparatoria fue expulsado de la escuela al no querer quitarse su camiseta
que tenía una imagen del presidente George W. Bush con las palabras
"terrorista internacional". "Me puse la camiseta para expresar mis sentimientos
antiguerra", declaró al New York Times.
Los directores de la escuela insistieron en que no permitirían
esto, ya que "no podía tener una camiseta que promovía el
terrorismo", explicó el estudiante Bretton Barber. Ahora, el joven
y abogados de la Unión Americana de Derechos Civiles esperan que
la escuela respete el derecho de la libre expresión o si no iniciarán
un litigio.
Un niño de cuatro años respondió
así cuando su maestra en un jardín de niños preguntó
si alguien sabía quién era el presidente. "Sí, se
llama George Bush y es un hombre vil que quiere hacer una guerra para matar
a muchos, y eso está mal. Yo le quiero hablar para decirle que no
haga eso, o si no le voy a pegar". La maestra y sus pequeños compañeros
se quedaron sorprendidos, pero nadie discrepó.
Si Jesús, los políticos, las píldoras
y la cinta adhesiva no pueden, juntos o por sí solos, salvar al
país, Toni Smith y Bretton Barber, junto con otros jóvenes
y niños por todo este país, podrían ofrecer alguna
esperanza.