Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Jueves 27 de febrero de 2003
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No decisivas, las peticiones antibélicas del Papa; EU hará lo que estime necesario: Fleischer

Democratización en Medio Oriente si Hussein es derrocado, ofrece Bush

Los iraquíes, primeros "beneficiados" con la caída del régimen, dice el presidente a empresarios

Admite Condoleezza Rice que la segunda resolución sólo busca ayudar al criticado Tony Blair

AFP, DPA Y REUTERS

Washington, 26 de febrero. El presidente estadunidense, George W. Bush, consideró imperioso derrocar al régimen del mandatario iraquí, Saddam Hussein, y aseguró que eso no sólo salvaguardará a su país y al resto del mundo de ataques terroristas con armas de destrucción masiva, sino que promoverá la democratización y la paz en Medio Oriente.

El gobernante argumentó también que el primer beneficiado de ese cambio de régimen será el pueblo iraquí, y agregó que su país no tiene interés en gobernar Irak o decidir quién lo hará. Sin embargo, advirtió que "no permitiremos que un dictador brutal sea sustituido por otro".

Reiteró que el gobierno de Hussein tiene importantes nexos con la red Al Qaeda, del dirigente fundamentalista Osama Bin Laden, lo que implica que esta organización tiene acceso a las armas de destrucción masiva que, según Bush, posee Bagdad.

Al pronunciar un discurso, Bush no dejó de mostrar una sonrisa discreta y los ojos entrecerrados; se abstuvo de golpear el podio y blandir el dedo índice, como en otras ocasiones, para contrapun-tear su lenguaje amenazador.

El presidente parecía estar respondiendo, en tono conciliador, a todas las acusaciones que sus opositores, dentro y fuera del país, han esgrimido en su contra.

Sin embargo, nada de lo que di-jo contradice la suposición de que su ejército bombardeará Irak y su población civil, causando muerte y destrucción en un país ya gol-peado por más de una década de sanciones impuestas tras la invasión a Kuwait, que derivó en la Guerra del Golfo.

No a las "cámaras de tortura"

Al mencionar las armas, municiones, misiles y otros equipos de Bagdad que deben ser destruidos, incluyó en la lista las "cámaras de tortura", como para enfatizar que la población iraquí y sus derechos humanos también son prioridad para Washington.

El mandatario añadió que su gobush_sings_00i-bierno está listo para apoyar a la población iraquí, pues ya tiene listas millones de raciones de alimento para repartir después de haber derrocado a Hussein.

Bush también intentó desmentir a quienes lo acusan de presionar al mundo para una guerra que tiene el único fin de proveer ilimitadamente de petróleo a su país o in-cluso a sus empresas.

"Buscaremos proteger los recursos naturales de Irak del sabotaje de un régimen moribundo y asegurar que sean utilizados para el beneficio del propio pueblo iraquí", afirmó.

El discurso de Bush ante el Instituto Estadunidense de la Empresa, cercano a su Partido Republicano, marcó lo que el portavoz de la Casa Blanca, Ari Fleischer, describió como "el plan global para la paz y el desarme en la región".

Fuentes oficiales habían anticipado que Bush anunciaría en su discurso de este miércoles un plan global de paz para Medio Oriente.

Pero Bush sólo aseveró que tras el fin del régimen de Hussein, Irak se "convertirá en un ejemplo lu-minoso que puede demostrar el poder de la libertad que trae la esperanza y el progreso a la vida de millones de personas", lo que ayudará a eliminar otras dictaduras de la región, a las que no mencionó por nombre.

Añadió que esto se reflejará en una disminución de tensiones en Medio Oriente, y en particular en el conflicto israelí-palestino, y ex-puso que "el fin del actual régimen de Irak creará la oportunidad" que se necesita para resolver el conflicto en Palestina.

En primer lugar, afirmó, con la caída de Hussein el terrorismo in-ternacional perderá a uno de sus principales apoyos.

Bush concedió que "debe cesar la construcción de asentamientos israelíes" en los territorios autónomos reocupados, pero afirmó que una "democratización de Irak" facilitará que los palestinos tengan también un régimen auténticamente democrático.

Añadió que Israel "está trabajando en pro de la creación de un Estado palestino viable".

Amor por el mundo islámico

El gobernante manifestó su aprecio por el mundo islámico al fustigar a quienes creen que "una quinta parte de la humanidad no comparte los valores y deseos" del resto de la población mundial. "Las culturas pueden variar, pero el corazón humano siempre es el mismo", afirmó.

Aseguró el republicano que al término de la Segunda Guerra Mundial hubo quien pensó que Japón y Alemania no estaban preparados para convertirse en países democráticos y progresistas.

"Tras derrotar a los enemigos, no dejamos en esos países ejércitos de ocupación, dejamos constituciones y parlamentos. Establecimos una atmósfera de seguridad, en la cual líderes responsables y de mentalidades reformistas pu-dieron construir instituciones de libertad duraderas", dijo.

Evitó hablar de la división que ha enfrentado, sobre todo entre los gobiernos de la Unión Europea, el apoyo a la postura estadunidense, y aseguró que la totalidad de la comunidad internacional quiere la paz y, además, "tiene un claro in-terés en extender los valores democráticos porque las naciones estables y libres no generan ideologías que promueven el asesinato, sino que alientan la búsqueda pacífica de una vida mejor".

El único momento en que el discurso de Bush registró visos de amenaza fue al referirse al Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas.

Rechazó que su administración esté tratando de alguna manera de socavar al organismo mundial, pe-ro aseguró que si el Consejo de Seguridad dilata la aprobación de la segunda resolución sobre Irak, presentada por Washington y Londres, el organismo perderá credibilidad y autoridad.

Sobre la votación en el Consejo de Seguridad de una segunda re-solución sobre Irak, Bush afirmó antes de pronunciar su discurso: "Obviamente nos gustaría tener una votación positiva. Por esa razón sometimos una resolución a Naciones Unidas, junto a Gran Bretaña y España".

Aunque indicó que una nueva iniciativa "sería útil y ayudaría", dijo que "no creo que necesitemos una segunda resolución" para em-prender una guerra, porque "Hussein no ha sido desarmado", como le exige la resolución 1441 votada en noviembre so pena de afrontar "graves consecuencias".

Horas antes, la Casa Blanca aseguró que el papa Juan Pablo II tiene derecho a hacer pronunciamientos públicos contra la guerra, pero que estos no serán un factor decisivo en relación con una posible acción contra Irak.

Bush "tomará sus decisiones en base a lo que piensa es correcto para proteger al pueblo estadunidense", dijo el portavoz, Ari Fleischer, a los periodistas.

Ayuda al mejor aliado

Por su parte, la consejera de se-guridad nacional, Condoleezza Rice, reconoció sin tapujos que la segunda resolución buscaba ayudar al primer ministro británico, Tony Blair, a manejar una opinión pública muy hostil a una guerra.

"Para algunos de nuestros aliados más cercanos, es una iniciativa muy importante", dijo la funcionaria estadunidense.

En una entrevista con la televisión en árabe qatarí, Al Jazeera, el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, sostuvo que sólo hay tres salidas para la crisis con Irak: en primer lugar, y la más deseable, el exilio de Hussein, después la cooperación total de Irak en el proceso de defensa y, como tercera opción, la guerra.

Reiteró que las fuerzas estadunidenses no estarían solas en la opción bélica y que "formarían parte de una amplia coalición".

El secretario del Tesoro, John Snow, aseguró por su parte que su país gastará lo necesario" para ganar una guerra en Irak.

El responsable declinó confirmar que el gobierno de Bush se apresta a pedir al Congreso la autorización de gastos suplementarios de hasta 95 mil millones de dólares para financiar la guerra en Irak y la lucha antiterrorista.

El Pentágono anunció este miércoles el llamado al servicio activo de 16 mil 700 reservistas y guardias nacionales, con lo que el total de estadunidenses convocados lle-ga ya a 168 mil, en momentos en que los periodistas comenzaron a desplazarse hacia la región del Pérsico para unirse a las fuerzas que podrían tomar parte en una guerra contra Irak.

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