Martí Batres Guadarrama
El freno es Fox
Han transcurrido más de dos años del gobierno de Vicente Fox y el ciudadano común percibe que nada ha pasado. Es cierto que ahora el gobierno es todavía más débil frente a Estados Unidos, sus funcionarios son abiertamente más religiosos, la esposa del Presidente es más activista que las de antes, el Grupo Monterrey es más influyente y los gerentes de trasnacionales tienen más puestos en el gobierno. Pero eso no dice nada reconfortante a la gente. No es lo que esperaba.
El pueblo quería un cambio debido a la asfixia política y económica que sufría, por eso quitó al PRI del poder, y eso, que ocurrió el 2 de julio de 2000, ya fue un cambio significativo. Pero ocurrió antes de que empezara el mandato del nuevo gobierno, y al mismo no se ha agregado ningún otro.
El caso Fobaproa sigue intacto. Los capos sindicales siguen en sus puestos, unos protegidos por el secretario de Trabajo y otros por la esposa del Presidente. El salario continúa contenido. Los programas sociales son los mismos. La evasión fiscal es igual a la de antes. Los índices de impunidad se mantienen firmes. El conflicto en Chiapas continúa. Los endeudamientos externos se pagan en las mismas condiciones. Sigue la línea de las privatizaciones. El Tratado de Libre Comercio es intocable. La política económica es resguardada con verdadero fervor religioso; bueno, hasta los operadores políticos son casi los mismos.
El cambio esperado no llegó. Y ante dicha realidad, que se expande como convicción entre la gente, el gobierno y su partido buscan justificaciones, culpables, corredores de salidas y estrategias políticas.
"Hay que quitarle el freno al cambio", declaran y proclaman en el año electoral para atraer el voto nuevamente. Afirman que la oposición frena el cambio, toda vez que en el Congreso de la Unión no se han aprobado el IVA en las medicinas y los alimentos ni la privatización de la industria eléctrica.
Sin embargo, esas iniciativas, que pomposamente llaman "reformas estructurales", nada tienen que ver con el cambio prometido, anunciado y esperado. Al contrario, el cambio consistía precisamente en, valga la redundancia, cambiar esas políticas por otras mejores.
Esto demuestra qué tan lejos están el PAN y el gobierno federal de las exigencias profundas de la población, y qué tan cerca están del viejo régimen. Si los mexicanos quisieran, anhelaran y exigieran la privatización de la industria eléctrica, por ejemplo, Ƒpara qué cambiar de partido en el gobierno? Ya el presidente Zedillo había propuesto dicha privatización y la dirección nacional del PRI la había apoyado. Si los mexicanos quisieran que los impuestos al consumo aumentaran, Ƒpara qué cambiar de partido en el gobierno? Ya el presidente Zedillo había propuesto un primer aumento de 10 a 15 por ciento en el IVA, y su partido en la Cámara de Diputados se lo había aprobado. Si los mexicanos querían más privatizaciones, el mismo TLC, más impuestos al consumo, entonces habrían votado nuevamente por el PRI, porque garantizaba ese tipo de programas. El gobierno del PAN no sólo quiere seguir con la misma línea económica de los pasados tres gobiernos del PRI, sino que ha frenado los cambios que ofreció.
Fue el presidente Fox quien vetó la primera Ley de Desarrollo Rural. Fue el PAN el que frenó la aprobación de la llamada ley Cocopa sobre derechos de los pueblos indios. Fue el gobierno de Fox el que frenó la lucha democratizadora de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, protegiendo a Elba Esther Gordillo. Fue el gobierno de Fox el que frenó las investigaciones sobre el Fopabroa. Es el gobierno de Fox el que ha frenado la exigencia campesina de revisar el TLC. Es el PAN el que ha frenado la reforma para cambiar el formato del Informe presidencial. Es el gobierno federal el que ha frenado las reformas federalistas. Es el gobierno el que ha frenado la publicación de 26 decretos legislativos aprobados por el Congreso de la Unión. Es el PAN el que frenó la reforma electoral que pudo haber aprobado junto con el PRD. Es el gobierno el que ha frenado la exigencia social de cambiar esa política económica que tanto ha empobrecido a México.
Que Fox y su partido no busquen demasiado, porque son el principal freno al cambio que la sociedad demanda.