Por una descarga eléctrica el señor
Leopoldo Jiménez perdió el empleo y quedó incapacitado
Huésped exige a cadena hotelera no evadir responsabilidad
en accidente en Vallarta
El litigio lleva 2 años pero apenas en
octubre la empresa aceptó recibir la notificación forzosa
Incapacitado del brazo izquierdo, desempleado y con una
pensión que apenas le permite sobrevivir, el señor Leopoldo
Jiménez Gil mantiene desde hace dos años un litigio con la
empresa Camino Real, cadena hotelera que ha evadido su responsabilidad
en el accidente que sufrió en Puerto Vallarta, cuando vacacionaba
en una de sus instalaciones.
El
10 de agosto de 2000, Jiménez Gil, ingeniero mecánico de
60 años, recibió una descarga eléctrica mientras nadaba
en la alberca del hotel debido quizá a un desperfecto de una de
las lámparas que iluminan la piscina. En principio el personal médico
del hotel lo auxilió, pues se encontraba inconsciente; sin embargo,
fue trasladado en ambulancia al Centro Médico de Occidente, Traumatología
y Ortopedia de Puerto Vallarta para atenderlo, le explicaron, de una luxación
del brazo izquierdo.
En aquel nosocomio el doctor Gustavo Ramírez lo
anestesió para "acomodarle" la extremidad. Le inmovilizó
el brazo colocándole un chaleco ortopédico que le recomendó
usar por cuatro semanas.
Un día después del accidente, el señor
Jiménez Gil se entrevistó con el gerente de división
de cuartos del hotel, Ernesto Luna Rodríguez, quien reconoció
"la falta de cuidado" y le ofreció una "cortesía de varios
días", que no aceptó, y decidió regresar a su hogar
en Guadalajara, Jalisco.
Los problemas comenzaron poco después. El 26 de
noviembre de ese año debió acudir de emergencia al hospital
privado Arboledas por una alteración cardiaca a consecuencia de
la descarga eléctrica. Un mes después, el 17 de octubre,
fue sometido a una primera intervención quirúrgica en la
Clínica de Traumatología del Instituto Mexicano del Seguro
Social (IMSS), ya que la cabeza del húmero estaba multifragmentada.
Pese a la operación, la lesión persistió
y le fue imposible reincorporarse a su trabajo de subgerente de Operaciones
de una cadena de tiendas de autoservicio. En marzo de 2001, con el propósito
de evitar la aparición de gangrena fue sometido a una segunda intervención
en la que fue necesario instalarle una prótesis de cabeza humeral
y parte del hueso del brazo.
El IMSS lo dio de alta el 6 de junio, aunque asentó
que el paciente presentaba "una evolución postoperatoria limitada
en movimientos activos del hombro... actualmente con una funcionalidad
de 30 a 40 por ciento".
Con tal diagnóstico se le pensionó con poco
más de 6 mil pesos mensuales, con los que debe mantener a una familia
de seis personas. Sin embargo, Jiménez Gil no sólo perdió
el empleo, sino la habilidad para realizar actividades físicas.
Por estos daños el afectado presentó inicialmente
la queja 1588/01 contra la empresa hotelera en el juzgado 30 de lo civil
de Puerto Vallarta para que respondiera por el accidente ocurrido dentro
de sus instalaciones.
La misma queja fue interpuesta en octubre de 2001 en el
juzgado 21 de lo civil, con sede en el Distrito Federal, contra Real Turismo,
SA de CV, propietaria y operadora de los hoteles Camino Real, pero tuvo
que transcurrir un año para que el consorcio aceptara recibir -hasta
octubre de 2002- una notificación "forzosa" del juzgado para presentarse.
Mario Pintos, asesor jurídico corporativo de la
firma hotelera, dijo desconocer que la empresa se negara a recibir tales
notificaciones y aclaró que como profesionales están dispuestos
a responder en tiempo y forma a estos requerimientos legales.
Este asunto, agregó, "lo estamos llevando como
uno más, no le damos ni más ni menos importancia de la que
se le tiene que dar a un litigio; sin embargo, considero difícil
que como huésped el demandante se haya electrocutado porque la alberca
contaba en ese entonces con un alumbrado de 12 voltios y además
no era la única persona dentro de la piscina".
Por ello, comentó, la instancia legal será
quien requiera la realización de un peritaje a las instalaciones
y determine si existió falla o negligencia por parte del hotel.
"Lo que tenga que aclarar nuestra defensa (representada por una compañía
de seguros) se hará en tribunales, pues somos profesionales y consecuentes
con nuestra política de servicio. En caso de que la autoridad determine
que sí se le afectó a la persona, se responderá de
acuerdo con la demanda, precisó. (LAURA YSSEL HERNANDEZ)