Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Martes 10 de diciembre de 2002
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Sociedad y Justicia
Por una descarga eléctrica el señor Leopoldo Jiménez perdió el empleo y quedó incapacitado

Huésped exige a cadena hotelera no evadir responsabilidad en accidente en Vallarta

El litigio lleva 2 años pero apenas en octubre la empresa aceptó recibir la notificación forzosa

Incapacitado del brazo izquierdo, desempleado y con una pensión que apenas le permite sobrevivir, el señor Leopoldo Jiménez Gil mantiene desde hace dos años un litigio con la empresa Camino Real, cadena hotelera que ha evadido su responsabilidad en el accidente que sufrió en Puerto Vallarta, cuando vacacionaba en una de sus instalaciones.

juan_diego_misa1El 10 de agosto de 2000, Jiménez Gil, ingeniero mecánico de 60 años, recibió una descarga eléctrica mientras nadaba en la alberca del hotel debido quizá a un desperfecto de una de las lámparas que iluminan la piscina. En principio el personal médico del hotel lo auxilió, pues se encontraba inconsciente; sin embargo, fue trasladado en ambulancia al Centro Médico de Occidente, Traumatología y Ortopedia de Puerto Vallarta para atenderlo, le explicaron, de una luxación del brazo izquierdo.

En aquel nosocomio el doctor Gustavo Ramírez lo anestesió para "acomodarle" la extremidad. Le inmovilizó el brazo colocándole un chaleco ortopédico que le recomendó usar por cuatro semanas.

Un día después del accidente, el señor Jiménez Gil se entrevistó con el gerente de división de cuartos del hotel, Ernesto Luna Rodríguez, quien reconoció "la falta de cuidado" y le ofreció una "cortesía de varios días", que no aceptó, y decidió regresar a su hogar en Guadalajara, Jalisco.

Los problemas comenzaron poco después. El 26 de noviembre de ese año debió acudir de emergencia al hospital privado Arboledas por una alteración cardiaca a consecuencia de la descarga eléctrica. Un mes después, el 17 de octubre, fue sometido a una primera intervención quirúrgica en la Clínica de Traumatología del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), ya que la cabeza del húmero estaba multifragmentada.

Pese a la operación, la lesión persistió y le fue imposible reincorporarse a su trabajo de subgerente de Operaciones de una cadena de tiendas de autoservicio. En marzo de 2001, con el propósito de evitar la aparición de gangrena fue sometido a una segunda intervención en la que fue necesario instalarle una prótesis de cabeza humeral y parte del hueso del brazo.

El IMSS lo dio de alta el 6 de junio, aunque asentó que el paciente presentaba "una evolución postoperatoria limitada en movimientos activos del hombro... actualmente con una funcionalidad de 30 a 40 por ciento".

Con tal diagnóstico se le pensionó con poco más de 6 mil pesos mensuales, con los que debe mantener a una familia de seis personas. Sin embargo, Jiménez Gil no sólo perdió el empleo, sino la habilidad para realizar actividades físicas.

Por estos daños el afectado presentó inicialmente la queja 1588/01 contra la empresa hotelera en el juzgado 30 de lo civil de Puerto Vallarta para que respondiera por el accidente ocurrido dentro de sus instalaciones.

La misma queja fue interpuesta en octubre de 2001 en el juzgado 21 de lo civil, con sede en el Distrito Federal, contra Real Turismo, SA de CV, propietaria y operadora de los hoteles Camino Real, pero tuvo que transcurrir un año para que el consorcio aceptara recibir -hasta octubre de 2002- una notificación "forzosa" del juzgado para presentarse.

Mario Pintos, asesor jurídico corporativo de la firma hotelera, dijo desconocer que la empresa se negara a recibir tales notificaciones y aclaró que como profesionales están dispuestos a responder en tiempo y forma a estos requerimientos legales.

Este asunto, agregó, "lo estamos llevando como uno más, no le damos ni más ni menos importancia de la que se le tiene que dar a un litigio; sin embargo, considero difícil que como huésped el demandante se haya electrocutado porque la alberca contaba en ese entonces con un alumbrado de 12 voltios y además no era la única persona dentro de la piscina".

Por ello, comentó, la instancia legal será quien requiera la realización de un peritaje a las instalaciones y determine si existió falla o negligencia por parte del hotel. "Lo que tenga que aclarar nuestra defensa (representada por una compañía de seguros) se hará en tribunales, pues somos profesionales y consecuentes con nuestra política de servicio. En caso de que la autoridad determine que sí se le afectó a la persona, se responderá de acuerdo con la demanda, precisó. (LAURA YSSEL HERNANDEZ) 

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