Coloquio dedicado al pensador Luis Villoro
El alterado y el ensimismado, extremos lesivos en filosofía
RENATO RAVELO
La
auténtica reflexión filosófica debe ser autónoma
y responder a sus propias necesidades, opinó el filósofo
Luis Villoro, para quien ''en nuestros ejercicios de pensamiento se tienen
que perseguir las necesidades particulares para tratar de resolver con
conceptos universales".
Villoro habló durante el cuarto Coloquio de Historia
de la Filosofía en México, que se desarrolla en la Universidad
Autónoma Metropolitana-Iztapalapa, en el que también participaron
Adolfo Sánchez Vázquez, Juliana González, Jaime Labastida,
Mari Carmen Rovira, Bolívar Echeverría y Gabriel Vargas Lozano.
Como reconocimiento a su trayectoria y a los 80 años que cumplirá
el 2 de noviembre, el encuentro está dedicado a Villoro.
Para Luis Villoro existen ''dos extremos perniciosos en
la filosofía. Los llamo el alterado y el ensimismado. El primero
tiene puestos sus sentidos en las filosofías que otros crean. Es
un consumidor para no quedarse afuera, no perderse a Davidson a Habermas".
El ensimismado, explicó, ''es un explorador de
sí mismo, de lo propio, de lo peculiar; no busca los temas centrales,
pasa de la argumentación rigurosa al ensayo. Ambos tienen su gramo
de verdad, pero se olvidan que la filosofía es la actividad de pensar
por cuenta propia".
Hecho histórico, contexto y conceptos
Sánchez Vázquez partió de considerar
la filosofía como la ''concepción racional de las relaciones
del hombre con el mundo. Tenemos que recordar, por lo mismo, que cada filosofía
es un hecho histórico, presenta un contexto y no sólo sus
conceptos". Abundó: ''Una filosofía existe para abordar los
problemas que no pudieron ser resueltos por anteriores filosofías
y está para ser superada. Las impotencias filosóficas desembocan
en una potencia única".
Para Juliana González, en filosofía no cabe
hablar de progreso o cancelación de validez, ''el pasado filosófico
no pasa, se mantiene", ya que ''la pervivencia histórica se actualiza
porque lo eterno es preguntar. La duda, la perplejidad, es un estado de
experiencia y de conciencia. Como diría Heráclito, preguntar
es una forma de estar despiertos frente al mundo".
Jaime Labastida reflexionó sobre las consideraciones
que habría que tomar al hablar de una filosofía mexicana.
Ponderó que ya existen bases para hablar de ella desde la segunda
mitad del siglo pasado, si bien consideró que es incierto el momento
en el que se pueda hablar de su historia, ya que en la Nueva España
eran filósofos reflexionando en latín. Destacó la
importancia del idioma y ejemplificó con Descartes, quien escribió
su primer libro en latín, pero el Discurso del método
lo hizo en francés: ''La traducción es una recreación,
hay que tenerlo en cuenta, para construir la historia de la filosofía
mexicana no por suma y adición de partes, sino como Kant dice, a
la manera de un organismo".
Rovira expuso sus coincidencias y diferencias con José
Gaos (1990-1969), uno de quienes han abordado el aspecto de la filosofía
mexicana: ''El sostenía que una característica esencial del
pensamiento mexicano es que es antimetafísico e inmanente, lo cual
significa que se ocupa de las cosas humanas". Argumentó en favor
de reivindicar ese sentido político de la filosofía en la
historia de México, y documentó con ejemplos, como el de
Juan Nepomucemo Adorno, la existencia de filósofos desconocidos.