Aclaraciones de la Comisión de Marina de la
Cámara de Diputados
Señora directora: Sirva la presente para
hacerle llegar un cordial saludo y para referirnos al artículo firmado
por Jesús Aranda, de fecha lunes 27 de octubre, que se titula "Cuestionan
iniciativa sobre la Armada: La Cámara de Diputados realizaría
cambios a la propuesta aceptada por el Senado".
Queremos aclarar que la iniciativa de Ley de Disciplina
del Personal de la Armada de México, que fue aprobada por el Senado
de la República y turnada a la Comisión de Marina de la Cámara
de Diputados para su dictamen correspondiente, no "...terminaría
con el principio constitucional de que los militares deben mantenerse ajenos
a los asuntos políticos y religiosos..."
Tampoco estamos de acuerdo con lo que se escribe en relación
a que "...pondría fin a lo establecido en la Constitución
en cuanto a la actitud imparcial e institucional a que están obligados
los miembros de las fuerzas armadas..."
Desconocemos cuál haya sido la fuente, pero entre
los diputados integrantes de la Comisión de Marina no se prendieron
los focos rojos al percatarnos del error de los senadores al aprobar
una ley con la que se abren las puertas para que los oficiales tengan derecho
a expresar sus ideas: "...sobre temas que les han estado vedados (sic)
desde que se promulgó la Constitución de 1917..."
Los diversos documentos a los que se alude y que se presume
han presentado diputados de la Comisión de Marina sobre la materia,
en los que se señala que: "...un soldado no pierde ninguno de los
derechos para ejercer sus obligaciones políticas de votar por el
partido o candidato que él crea que es el mejor y profesar la religión
en la que tenga más fe...", son estudios de derecho internacional
comparado que nos permitieron llegar a la aprobación del dictamen.
Por el contrario, los integrantes de la Comisión
de Marina consideramos que la iniciativa de Ley de Disciplina aprobada
por el Senado es congruente con el espíritu del artículo
13 constitucional, y responde a la necesidad de actualizar el marco jurídico
que regula las facultades de las autoridades para imponer sanciones a quienes
infrinjan la disciplina militar, pero también se orienta a otorgarles
la posibilidad de defenderse ante arbitrariedades de sus superiores.
Así, se propone que los militares puedan expresar
libremente sus ideas, siempre y cuando no se trate de asuntos que vulneren
la disciplina, los derechos de terceros o que estén relacionados
con las actividades clasificadas de la Armada, sin violentar los derechos
consagrados en los artículos 6 y 7 constitucionales, y que puedan
acudir a templos y participar uniformados en actos culturales y deportivos
con la autorización de sus superiores.
El nuevo ordenamiento no sólo busca perfeccionar
los esquemas de disciplina militar para hacerlos más justos y equilibrados,
sino que permite dotar a las fuerzas armadas de un marco jurídico,
moderno y ágil, acorde con las tendencias que muestra la legislación
en la materia en los diferentes países del orbe, que se orienta
a salvaguardar los derechos de los militares y crear leyes más flexibles
y operativas.
En este sentido, el dictamen de la Ley de Disciplina para
el Personal de la Armada de México, fue aprobado por el pleno de
la Comisión de Marina de la Cámara de Diputados por unanimidad
de votos, en sesión celebrada el 23 de octubre del año en
curso.
Por lo anterior expuesto, le suplicamos, señora
directora, que sea publicada esta nota aclaratoria, conscientes de su sensibilidad
y compromiso con el derecho a la información, a la vez que reconocemos
la importancia y el prestigio de este periódico, que se ha caracterizado
por su apego a la verdad y por promover el derecho a la información
consagrado en nuestra Carta Magna.
Atentamente
César Patricio Reyes Roel, presidente de la
Comisión de Marina de la Cámara de Diputados
Inconformes con nota acerca del general Guadarrama
Reynoso
Señora directora: La presente es para manifestar
nuestra más profunda indignación por la forma en que su periódico,
al que creíamos un medio serio y responsable, cubrió el 21
de octubre la nota "Los jefes del 65 batallón de infantería
protegían a cuatro importantes capos" en la página
11, sección Política. Su nota difama y pone en entredicho
al general Héctor Porfirio Petronio Guadarrama Reynoso, quien cuenta
con más de 40 años en el Ejército al servicio de la
nación, y una persona de probada decencia, rectitud y honorabilidad.
Tristemente sus reporteros Irene Sánchez y Javier
Valdez no hacen más que repetir (con todo y faltas de ortografía
en los nombres y sintáxis) la información que publicara el
20 de ocubre el periódico Debate, de Sinaloa (compare los
textos y verá), sazonada con otras noticias que no tienen nada que
ver con la cabeza (cambios en la Policía Ministerial y un asalto
que cometieron dos soldados del batallón que sustituye al 65 y no
del 65, como incorrectamente afirma su nota).
Dicha nota fue basada en un testimonio de muy cuestionable
verosimilitud supuestamente realizado por tres individuos, arrestados por
el delito del que ahora buscan exculparse por medio de chismes e injurias
contra "jefes" que dejaron el cargo hace tiempo.
Queda claro, una vez más, que resulta más
fácil acusar que probar. En aras de buscar la noticia sensacionalista,
algo de lo que suponíamos a su periódico exento, se ha recurrido
a eufemismos e imprecisiones, así como al testimonio de personas
de evidente deshonestidad, y con un puesto y rango militar tan marginal
y lejano a la cadena de mando como para que afirmen conocer y sostengan
lo que sus reporteros sugieren que declararon.
Su balazo: "Desde 1996 el general brigadier Petronio Guadarrama
habría sido contactado por narcos", es prácticamente
una afirmación vagamente disfrazada, por el condicional habría,
que ni siquiera está sostenida por el texto de la nota.
Al margen de que es entendible que una supuesta noticia
como ésta les resulte periodísticamente interesante y "jugosa":
un general acusado de vínculos con el narcotráfico; es reprobable
que sólo se mencione la versión de supuesto testigo, un individuo
en situación desesperada y con razones evidentes para declarar en
falso. Peor aún que un diario de circulación nacional del
prestigio de La Jornada reproduzca prácticamente como hechos,
lo que no son más que rumores y difamaciones.
Que se olvide que siempre hay que dar las dos caras de
la moneda, no sólo la versión del calumniador sino también
los testimonios de quienes conocieron al general Guadarrama Reynoso durante
ese mando, quienes realmente convivieron con él y reconocen su dignidad
y rectitud. No se citan réplicas, no hay investigación. Su
precaución utilizando condicionales es olvidada en un encabezado
que es una vergüenza. Afirma con contundencia un hecho no comprobado,
ni comprobable hasta ahora por la evidencia y la realidad.
Quienes tenemos cerca al general Guadarrama Reynoso y
le conocemos bien, sabemos que estos fuegos de artificio y cacería
de brujas (que no merecen llamarse periodismo), no son más que
un síntoma de la irresponsabilidad con la que se enuncian acusaciones
en la prensa en este país. Qué tristeza vender periódicos
así.
Esperamos que tenga el valor cívico de publicar
esta réplica en el mismo espacio y con la misma importancia que
le dedicó a su nota. Así como investigar la seriedad de sus
reporteros y fuentes para evitar utilizar su periódico como un escaparate
de difamaciones producto de la mente retorcida y resentida de algún
individuo que escudándose en el revuelo del "escándalo" de
Guamúchil busque involucrar a gente honesta y decente a punto de
"periodicazos" y "chismes" que en otras partes no pasarían de la
cantina local.
Atentamente
Angeles Guadarrama, Ricardo García Mainou, Hermelinda
Robinson, Eugenia Guadarrama, María Dolores Guadarrama