La sustancia usada es un compuesto basado en derivados de Fentanyl: Moscú

Rechaza el Kremlin que el gas utilizado en el rescate mató a rehenes; culpa a chechenos

Revela sondeo que 85% de los rusos aprueba la "solución" de la crisis de los cautivos

JUAN PABLO DUCH CORRESPONSAL

Moscu, 30 de octubre. Dosificar la verdad, cuando no alterar los hechos para apuntalar su versión oficial, parece ser el recurso con que el Kremlin intenta minimizar los cuestionamientos de que se excedió al usar un gas letal para liberar a los rehenes secuestrados por un comando checheno.

En el plano interno, el método resulta eficaz, de creer las más recientes encuestas que arrojan hasta 85 por ciento de aprobación a la decisión de las autoridades de co-menzar la operación de rescate.

Los encuestados, casi todos, están convencidos de que no había otra alternativa y dan por hecho que los secuestradores ha-bían comenzado ya a fusilar a los cautivos.

La mayoría de los ciudadanos rusos desconoce los testimonios que lo niegan, au-sente hasta la mínima sombra de sospecha en la cobertura de los medios de comunicación al servicio del Kremlin.

Por lo mismo, hay quien no pone en duda que, desde el pasado domingo, fallecieron tan sólo dos ex rehenes, con lo cual la cifra oficial reconocida llega a 120, que sube la cuenta mortal a 170, junto con los 50 se-cuestradores aniquilados.

Muy pocos rusos, en contraste, saben el número verdadero de desaparecidos, personas que sus familiares aseguran que asistieron a la fatídica función del musical Nord-Ost, el miércoles pasado, y que hasta el momento nadie ha podido encontrar ni vivas ni muertas, llegó este miércoles a 175.

Operación justificación

Frente a la tragedia de los familiares desesperados, que siguen reclamando información en cuanto hospital y morgue hay en esta capital, las autoridades parecen denotar mayor preocupación por justificar la operación de rescate que por dar explicaciones que confirmarían que el asalto al teatro Du-brovka no fue tan impecable como se pretende, por decir lo menos.

Se llega al extremo de que Andrei Seltsovsky, presidente del Comité de Salud de Moscú, funcionario que el domingo pasado dio a conocer la muerte de 118 rehenes y hoy admitió dos fallecidos más, cambió por completo sus declaraciones anteriores.

Ahora resulta que, según él, los rehenes no murieron envenenados por el gas, así lo dijo hace tres días, sino por "el trato inhumano y cruel que recibieron de los secuestradores chechenos".

Seltsovsky y otros voceros sostienen que las condiciones de cautiverio -agua y comida escasas, inmovilidad casi completa du-rante 58 horas, espacio reducido, tensión nerviosa desbordada, etcétera-, agravaron los efectos del gas, pero sorprende que ninguna eminencia médica haya advertido estos factores de riesgo letal antes y no después de la dispersión de la sustancia tóxica.

Se comenta extraoficialmente que el Ministerio de Salud Pública de Rusia ha registrado hasta ahora la muerte en hospitales de 140 rehenes.

Tarde o temprano, más bien tarde, se re-conocerá la cifra definitiva de cautivos que perecieron en el asalto, aunque quizás ningún médico pueda evitar, sin conocer la composición precisa del gas que se usó, las consecuencias que tendrá en la salud de quienes lograron sobrevivir la tragedia del secuestro masivo.

Hasta ahora, en los hospitales de Moscú el tratamiento se centra en curar síntomas, no causas. Y, por lo mismo, tampoco se toman medidas para prevenir efectos a corto y mediano plazos.

Secretos de Estado

Nunca se sabrá la composición exacta del tóxico ni la dosis utilizada durante la operación de rescate, que se elevaron a categoría de secreto de Estado.

Se argumenta que revelar la fórmula "equivaldría a poner sobre aviso a potenciales terroristas", lo cual deja abierta la puerta para volver a emplearlo cuando los servicios secretos rusos quieran neutralizar a un enemigo peligroso.

Distintos portavoces oficiales aseveran que el gas no figura en el armamento químico prohibido por la respectiva convención internacional, y, al parecer, varios go-biernos, algunos de cuyos ciudadanos estuvieron entre los rehenes de los separatistas chechenos, exigen la fórmula para decidir por sí mismos, aparte de que empiezan a obtener por su cuenta datos parciales.

Acaso por ello, con cuatro días de tardanza, el ministro de Salud Pública de Rusia, Yuri Shevchenko, reconoció hoy que el gas que se usó es "un compuesto basado en derivados de Fentanyl", droga sintetizada por primera vez en los años 50 del siglo pasado.

El Fentanyl, sustancia opiácea que puede utilizarse como anestésico, es cientos de ve-ces más fuerte que la morfina, señalan los especialistas.

Shevchenko confirmó el empleo de Fentanyl, unas horas después de que la embajada de Estados Unidos aquí presentó evidencias de haber encontrado residuos de dicha sustancia en un ciudadano estadunidense, que estuvo retenido como rehén.

Asimismo, expertos alemanes, en las pruebas que realizaron en Munich a dos ex cautivos de su país que padecieron el calvario en el teatro Dubrovka, encontraron residuos de Halothane, otra sustancia anestésica muy fuerte y de efecto más prolongado que el Fentanyl, cuya incidencia sobre el organismo humano es casi inmediata pero dura menos.

En otras palabras, sin que se conozca si consta de otros componentes ni en qué dosis se utilizó, el gas es al menos una mezcla de Fentanyl, que narcotizó de inmediato tanto a los plagiados como a los plagiarios, y Halothane, que mantuvo inconscientes a todos hasta que entraron los efectivos de las unidades de elite rusas para inyectar el antídoto a los primeros y darles el tiro de gracia, a los segundos.

Emisario de Chechenia, detenido

Ahmed Zakayev, viceprimer ministro del gobierno del presidente separatista Aslan Masjadov, fue detenido en Copenhague, Dinamarca, tras asistir al Congreso Mundial Checheno, convocado por varias organizaciones no gubernamentales, que durante dos días reunió a figuras de la diáspora.

La reunión, que se inauguró poco después del trágico desenlace del secuestro masivo en Moscú, provocó la indignación del Kremlin, al grado que Rusia boletinó a 70 de sus participantes, por conducto de Interpol, como "delincuentes peligrosos, vinculados al terrorismo internacional".

Hasta hace poco Zakayev, actor convertido en emisario preferido de Masjadov, era reconocido por Moscú como único interlocutor válido entre la dirigencia separatista, por "no tener las manos manchadas de sangre".

Incluso llegó a entrevistarse con el general Viktor Kazantsev en varias ocasiones, cuando ambos protagonizaron el supuesto comienzo de negociaciones de paz, un episodio de la guerra propagandística en que ninguna de las partes mostró verdadera voluntad de llegar a acuerdos.

Como en todo diálogo de sordos, el general ruso habló sólo de la rendición incondicional de los rebeldes, y el representante de Masjadov únicamente del retiro de las tropas federales.

Zakayev, según decidió hoy una jueza danesa, permanecerá detenido hasta el 12 de noviembre, mientras el vicecanciller ruso, Valeri Loshinin, manifestó la esperanza de que el gobierno de Dinamarca "emprenda los pasos necesarios" para extraditarlo a Rusia.

La solicitud rusa tiene que superar todavía dos obstáculos legales. El primero es proporcionar al Ministerio de Justicia danés, como señaló la titular de dicha cartera, Lene Espersen, "evidencias más completas y concluyentes" de las acusaciones contra Zakayev.

Pero incluso si Moscú entrega esas pruebas, la legislación danesa es muy estricta y, al parecer, no deja ningún resquicio para extraditar a un ciudadano de una nación, como Rusia, con la cual Dinamarca no tie-ne firmado el respectivo convenio.