Gratitud y música de flashes enmarcaron
el último adiós a Alvarez Bravo
¡Que viva don Manuel!, y cayeron más aplausos
sobre la tierra húmeda
El corazón y el espíritu de México
te acompañan, expresó su alumno Héctor García
Cartier-Bresson, desde París, dijo sentirse amputado
por la muerte de su más viejo amigo
MONICA MATEOS-VEGA
Entre aplausos, exclamaciones de gratitud, mucha tristeza
y el incesante sonido de los clicks y los flashes de las cámaras
de los reporteros gráficos fue sepultado este lunes Manuel Alvarez
Bravo en el Panteón Americano.
Estuvieron presentes familiares, amigos, decenas de periodistas
y apenas un par de funcionarios culturales cuando se esperaba la presencia
de algún representante del gobierno federal. Sari Bermúdez
tampoco llegó pues, según trascendió, se encuentra
en Egipto.
El fotógrafo Héctor García rompió
el silencio con el que los asistentes presenciaban el entierro y exclamó:
''¡Maestro, no te vas solo, el corazón y el espíritu
de México te acompañan!"
Con voz firme agregó: ''Maestro querido, ha llegado
el momento de tu partida allá al universo, allá con nuevas
familias, con nuevos alumnos, con todo nuevo. Te conviertes en lo que siempre
fuiste: los ojos de nuestro pueblo, de nuestra nación. Las generaciones
futuras lo sabrán. Que tengas mucha más luz. ¡Buen
viaje, maestro. Te lo mereces!"
Petición de privacidad a la prensa
Una
orquídea y una bolsita típica guatemalteca (cuyo contenido
nadie reveló) fueron colocadas sobre el féretro que descendió
al sepulcro mientras la luz de la tarde caía a plomo y los fotógrafos
se esforzaban por obtener el mejor ángulo de la escena, como queriendo
hacerle un último homenaje al maestro.
Y ahí estaban los elementos para la composición
de las imágenes: dos pequeñas mariposas blancas revoloteando
sobre la fosa, las abejas tomando con avidez el polen de los alcatraces,
junto a un par de fotos tomadas por don Manuel.
Ante la fosa esperaba una losa de granito verde que sólo
tiene inscrito ''Manuel Alvarez Bravo 1902-2002".
En tanto la fotógrafa Paulina Lavista fue de las
primeras personas en depositar un ramo de flores sobre la tumba de Alvarez
Bravo, junto a las enormes coronas institucionales.
''¡Que viva don Manuel!", gritó alguien entre
los asistentes, y más aplausos cayeron sobre la tierra húmeda.
En apenas 20 minutos, los restos de Alvarez Bravo fueron sepultados y los
familiares pidieron a la prensa un momento para despedir al padre, al abuelo,
al querido Manuel, en privado, sin cámaras al acecho.
Entre los presentes se encontraban Mercedes Iturbe, Ignacio
Toscano y Saúl Juárez, actual director del Instituto Nacional
de Bellas Artes. Algunas personas cercanas a la familia comentaron que,
''dada la importancia de la obra de don Manuel" esperaban la presencia
''mínimo del secretario de Educación Pública, Reyes
Tamez Guerra, o de algún otro representante de (Vicente) Fox, pero
nadie vino. Otra vez sucedió que como la muerte fue en fin de semana,
sólo se recibieron llamadas telefónicas de condolencias,
pero de funcionarios federales, ninguna presencia".
Amistad más allá de la fotografía
En París, el fotógrafo Henri Cartier-Bresson
dijo sentirse ''amputado" al enterarse de la muerte de su ''más
viejo amigo". En declaraciones publicadas este lunes por el diario francés
Le Monde, el artista galo de 93 años recordó su amistad
con Alvarez Bravo a partir de una exposición que se realizó
en el Palacio de Bellas Artes.
''México es mi segundo país. Con Manuel,
éramos inseparables. Era una amistad más allá de la
fotografía. Era una comunidad de visión, de sentimientos.
Había una solidaridad absoluta entre nosotros", puntualizó
Cartier-Bresson.
Agregó que su amigo ''se fue a otro lugar, pero
no hay que olvidar su obra inmensa; hay que tenerla siempre muy presente".