Ciudad de México. Sin salario desde hace siete meses, los trabajadores de la mina Hércules, subsidiaria de Altos Hornos de México (AHMSA) y ubicada en el poblado del mismo nombre en la zona desértica de Coahuila, enfrentan además falta de energía eléctrica desde hace dos semanas, ya que la empresa, propiedad de Alonso Ancira, les cortó el suministro desde la semana pasada.
El que hasta hace dos años era un gran centro minero, hoy parece un pueblo fantasma, ya que con la mina cerrada desde marzo, parte de los habitantes han emigrado y para los trabajadores que siguen en lucha “ahora es un calvario mayor”, porque sin la electricidad, las bombas del agua no funcionan y están también sin ese recurso.
“Es una acción criminal más de Alonso Ancira”, reprocha un grupo de trabajadores encabezado por Abraham Regino García. Explica que la CFE envía la electricidad a una subestación de la empresa y de ahí se distribuye a la población, pero el pasado día 3, el empresario ordenó que les cortaran el suministro.
Narran que ante tal situación, los niños han dejado de ir a clases, porque las escuelas no pueden funcionar; los comercios tienen problemas; la comida escasea, porque con temperaturas hasta de 45 grados los alimentos se echan a perder, y tampoco hay refrigeradores para las medicinas que lo requieren, como la insulina, y el calor no los deja dormir.
El pueblo forma parte del municipio de Sierra Mojada, y desde 1943 depende de esa mina productora de fierro, pero ahora está a punto de extinguirse. Ya sólo quedan 400 trabajadores y sus familias, de los 8 mil que lo habitaban en 2021.
Ayer, la comisión de trabajadores fue recibida por el dirigente nacional del Sindicato Minero, Napoleón Gómez Urrutia, quien se comprometió a darles apoyo económico y jurídico y a realizar gestiones para lograr que les reinstalen el servicio eléctrico.
Abraham Regino García reconoció, “emocionado, la solidaridad” del senador de Morena; recordó que los trabajadores estuvieron desde siempre afiliados al Sindicato Minero, aun después de que la mina se entregó a Ancira, quien en 2009 –en medio de la persecución a Gómez Urrutia– organizó su propio sindicato patronal, del que se sirvió para explotarlos.
Su situación fue empeorando a partir de 2021, en medio del proceso penal al empresario, quien huyó del país, fue extraditado y luego liberado bajo el acuerdo de pagar supuestamente el fraude que cometió contra Pemex, por la venta de la empresa Agronitrogenados.
Desde diciembre de 2023 ya no recibieron salario ni prestación alguna, e incluso “el sindicato patronal permitió de forma ilegal que la empresa se quedara con su fondo de ahorro, unos 35 mil pesos que cada uno de los mil siete mineros debió recibir en diciembre”.
Muchos comenzaron a dejar el poblado, que se ubica a 160 kilómetros de Ciudad Camargo, Chihuahua, y a 350 de Torreón, pero cerca de 400 trabajadores se mantienen en defensa de su fuente de empleo y desde marzo están en plantón afuera de la mina, porque al igual que hizo con las plantas de Altos Hornos, de Monclova, Ancira y su familia comenzaron a sacar equipo y otros bienes. Casi desmantelaron un ferroducto desde el que se trasladaba el mineral de Hércules a la fundidora de Monclova. “No podíamos permitir que saquearan los bienes; tenemos esperanzas de que alguien invierta y la mina, que es la principal productora de fierro y ahora está bajo un proceso mercantil, vuelva a operar. Es la única fuente de empleo y de ingresos en Hércules”.