Toluca, Méx., La alternancia en el estado de México se hizo realidad. Delfina Gómez rindió protesta como gobernadora, después de 93 años de hegemonía priísta. Las calles del centro histórico de Toluca, que antaño se pintaban de rojo para presenciar el ungimiento de un nuevo gobernador priísta, hoy se tiñeron de guinda por una ola morenista que desde muy temprano abarrotó las calles aledañas al palacio legislativo donde, por la tarde, la texcocana fue ungida como titular del Poder Ejecutivo estatal.
Los pocos priístas que presenciaron la ceremonia dentro del Congreso fueron los 21 diputados locales del tricolor, el mandatario saliente, Alfredo Del Mazo y su gabinete, así como cuatro ex gobernadores mexiquenses Emilio Chuayffet, Alfredo Baranda, Arturo Montiel y Eruviel Ávila.
A los tres primeros se les vio muy disminuidos de salud, tanto que a Montiel lo llevaba del brazo su hijo del mismo nombre, mientras Chuayffet y Baranda fueron asistidos por sus respectivas ayudantías, que les abrió paso entre los filtros de seguridad que se dispusieron en torno a la sede del Legislativo. Él único que se vio entero fue Eruviel Ávila, quien hace unas semanas renunció al tricolor por diferencias irreconciliables con el presidente del partido, Alejandro Moreno Cárdenas.
En tanto, entre los diputados priístas se percibía incomodidad y malestar, sobre todo de las dos legisladoras que formaron parte de la Mesa Directiva y tuvieron que compartir espacio en la tribuna con Delfina Gómez y el presidente López Obrador, a quienes fustigaron hace unos meses durante la campaña electoral.
La mayoría morenista y sus aliados del PVEM y PT, en cambio, estaban exultantes y a la menor oportunidad gritaban “¡gobernadora, gobernadora!” y “¡es un honor estar con Obrador!”
Simpatizantes siguieron la ceremonia en pantallas en la Plaza de los Mártires. Muchos de ellos eran maestros que apoyaban a su compañera de gremio.