Brasilia. Mujeres indígenas mostraron sus creaciones durante un evento de moda como parte de la Tercera Marcha de Mujeres Indígenas para reivindicar los derechos de las mujeres y la demarcación de las tierras, en la capital brasileña.
Bajo una enorme carpa blanca, modelos ataviadas con tocados, collares y trajes tradicionales se pavoneaban por una pasarela bordeada de follaje verde ante los vítores de un par de centenares de espectadores, muchos de los cuales tenían sus teléfonos para compartir el acto en las redes sociales.
Kajina Maneira da Costa dijo que estaba nerviosa antes de subir al escenario, pero que se sentía orgullosa de representar a su pueblo.
“Todavía existen muchos prejuicios. No es normal ver un desfile de moda indígena”, afirmó la joven.
Luciendo un vestido y un tocado amarillo brillante, Célia Xakriabá, diputada federal por Minas Gerais, declaró que el desfile se trataba de “descolonizar la moda”.
“Hoy hemos mostrado el poder de nuestra creación en la ropa... nuestros tocados y nuestra ascendencia. Participamos en política cuando cantamos y desfilamos”, añadió Xakriabá. quien fue votada durante las elecciones de octubre del año pasado, al mismo tiempo que cuando el presidente Luiz Inácio Lula da Silva derrotó al titular de extrema derecha Jair Bolsonaro.
Desde que asumió el cargo Lula ha prestado más atención a las demandas de los pueblos indígenas que su predecesor.
En el tercer mandato no consecutivo de Lula, se han demarcado ocho territorios indígenas y ha creado el primer Ministerio de Pueblos Indígenas del país, dirigido por Sonia Guajajara.
Las mujeres indígenas ocupan cada vez más el centro de la escena política brasileña, e incluso dentro de sus comunidades. La tercera marcha, que se celebró del 11 al 13 de septiembre, es un testimonio de su creciente movimiento.
“Los hombres indígenas tenían visibilidad, pero ahora las mujeres también añaden su fuerza a la defensa de su territorio”, afirmó Ana Paula da Silva, investigadora del programa de estudios sobre pueblos indígenas de la Universidad Estatal de Río de Janeiro.
“Están marchando para decir ‘estamos aquí y ya no es posible seguir ignorándonos’”, añadió.