Madrid. En “tiempos turbulentos” como los que está viviendo el mundo; con pandemias, guerras fratricidas, algunas incluso en el corazón de Europa, y desastres naturales cada vez más numerosos y graves, la vicepresidenta primera del gobierno español, la socialista Nadia Calviño, abogó por el “multilateralismo” entre la Unión Europea (UE) y América Latina. Es el momento, según ella, de “reforzar los lazos históricos” y la “cultura común” para “establecer un nuevo orden que lleve justicia e igualdad a todos”.
En el marco de la conferencia anual organizada por el Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe (CAF), en la que se analizó la agenda común en ambas regiones y que se celebró en la Casa de América de Madrid, Calviño advirtió que pese a todas esas “turbulencias”, “no es momento para encerrarnos” en las propias fronteras y adoptar medidas proteccionistas, como defienden varios países europeos frente a la apertura comercial de algunos sectores agrícolas y ganaderos en los que algunos países de América Latina podrían ser más competitivos.
Socios estratégicos
La conferencia se centró en analizar las tres grandes vertientes que aspiran a desarrollar los dos bloques en sus próximas reuniones bilaterales, la más próxima la que se celebrará este 15 de septiembre en Santiago de Compostela, donde se reunirán ministros de finanzas de la UE y representantes de la Comunidades de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC). Esas tres ramas son los retos para desarrollar la transición verde, la transformación digital y del desarrollo humano.
Calviño, quien aspira a convertirse en los próximos meses en la presidenta del Banco Europeo de Inversiones (BEI), con lo que dejará sus actuales responsabilidades en el gobierno español, aseguró que tanto ella como el resto del gabinete “haremos todo lo posible” para que el conjunto de la UE asuma que América Latina es un socio estratégico de vital importancia para el futuro de ambas regiones. Defendió esa tesis con datos concretos: ambos bloques están formados por 60 países, que representan 14 por ciento de la población mundial y 21 por ciento del producto interior bruto (PIB) del planeta, con lo que su peso específico en el orden internacional es “evidente”. Además, recalcó que la UE tiene 40 por ciento más de inversiones en América del Sur que China. En conjunto, y a lo largo de la historia, hay 20 veces más inversiones europeas en la región que las que ha desarrollado el gigante asiático.
De ahí que Calviño insistió en que “Europa tiene a América Latina y el Caribe como un socio clave para este nuevo orden internacional basado en el multilateralismo, en los valores democráticos y en el desarrollo con un crecimiento sostenible para todos”.
Fuente de soluciones
Sergio Díaz-Granados, presidente ejecutivo de CAF, destacó por su parte la importancia de reforzar la relación de España con América Latina y el Caribe.
“En julio se anunció la inversión de 45 mil millones de euros hasta 2027 para contribuir a reducir la pobreza en América Latina y el Caribe, pero hay que continuar para conciliar la agenda fiscal, social y medioambiental y conseguir un crecimiento sostenible e inclusivo. Vivimos tiempos sensibles y nuestros ciudadanos buscan resultados concretos.”
El ministro de Economía y Finanzas de Perú, Álex Contreras Miranda, explicó por su parte que “por muchos años América Latina ha sido vista como una región fuente de problemas en el mundo, pero también es importante llevar el mensaje de que tiene muchas de las soluciones para los problemas globales, en particular en la transición energética, que va a ser intensiva en bienes que se producen en la región”, entre los que citó los recursos naturales necesarias para la nueva “economía verde”, como el cobalto, el níquel o el litio.
Mauricio Cárdenas, profesor de la Universidad de Columbia y ex ministro de Hacienda de Colombia, insistió en que “no queremos repetir el ciclo de ser el proveedor de materias primas y tener un nuevo proceso de desindustrialización. No hay que repetir la experiencia de vender productos de bajo valor agregado. Los acuerdos tienen que ser sobre la base de crear valor agregado y que se inserte a América Latina en las cadenas valor de la producción del coche eléctrico y del resto de insumos de la economía verde”.
El ministro de Hacienda y Crédito Público de Colombia, Ricardo Bonilla, defendió la necesidad de la reindustrialización, pero a partir de una transición que permita reconstruir el tejido productivo para crear una verdadera “nueva diversificación de la economía” que lleve más igualdad y justicia a la población.