Madrid. Las plantas con flores escaparon relativamente ilesas de la extinción masiva que acabó con los dinosaurios hace 66 millones de años, revela un nuevo estudio publicado en Biology Letters.
Si bien sufrieron la pérdida de algunas especies, el devastador evento ayudó a que las plantas con flores se convirtieran en el tipo de vegetales dominante que son hoy, concluyen los investigadores de las universidades de Bath y Nacional Autónoma de México.
Ha habido varias extinciones masivas en la historia de la Tierra, la más famosa fue causada por el impacto de un asteroide hace 66 millones de años, que cambió el curso de la vida en el planeta. La extinción del Cretácico-Paleógeno (K-Pg) erradicó al menos 75 por ciento de todas las especies, incluidos los dinosaurios, pero hasta ahora no estaba claro qué tipo de impacto tuvo en las plantas con flores.
Las plantas no tienen esqueletos ni exoesqueletos como la mayoría de los animales, lo que significa que sus fósiles son relativamente raros, lo que hace muy difícil comprender la línea temporal de la evolución a partir únicamente de la evidencia de los restos.
Jamie Thompson, del Centro Milner para la Evolución de la Universidad de Bath, y Santiago Ramírez-Barahona, de la Universidad Nacional Autónoma de México, analizaron “árboles” evolutivos construidos a partir de mutaciones en las secuencias de ADN de hasta 73 mil especies vivas de plantas con flores (angiospermas).
Con métodos estadísticos complejos, ajustaron modelos de “nacimiento-muerte” para estimar las tasas de extinción a lo largo del tiempo geológico.
Si bien el registro fósil muestra que muchas especies desaparecieron, los linajes a los que pertenecen, como las familias y los órdenes, sobrevivieron lo suficiente para florecer y luego dominar: de las alrededor de 400 mil especies de vegetales que viven hoy día, unas 300 mil de ellas son plantas con flores.
¿Qué los hizo resistentes para sobrevivir a pesar de estar inmóviles y depender del Sol para obtener energía? Ramírez-Barahona explica: “las plantas con flores tienen una notable capacidad de adaptación: utilizan una variedad de mecanismos de polinización y dispersión de semillas, algunas han duplicado sus genomas completos y otras han desarrollado nuevas formas de fotosíntesis. Este ‘poder de las flores’ es lo que los convierte en verdaderos supervivientes de la naturaleza”.