Washington. La Tierra está superando su “espacio operativo seguro para la humanidad” en seis de nueve mediciones claves de su salud, y dos de las tres restantes van en la dirección equivocada, según un nuevo estudio.
El clima, la biodiversidad, la tierra, el agua potable, la contaminación por nutrientes y las “nuevas” sustancias químicas (compuestos artificiales como los microplásticos y los residuos nucleares) del planeta están fuera de control, señaló un grupo de científicos internacionales a la revista Science Advances en su edición de ayer. Sólo la acidez de los océanos, la salud del aire y la capa de ozono están dentro de los límites considerados seguros, y tanto la contaminación oceánica como la atmosférica van en la dirección equivocada, señala el trabajo.
“Estamos en una muy mala situación”, afirmó Johan Rockstrom, coautor del estudio y director del Instituto de Investigación del Impacto Climático de Potsdam, Alemania. “Mostramos en este análisis que el planeta está perdiendo poder de resistencia y el paciente está enfermo”.
En 2009, Rockstrom y otros investigadores crearon nueve grandes zonas limítrofes diferentes y utilizaron mediciones científicas para conocer la salud de la Tierra en su conjunto. El estudio publicado ayer es una actualización del de 2015 y añade un sexto factor a la categoría insegura. El agua pasó de ser apenas segura a la categoría de fuera de límites debido al empeoramiento de la escorrentía fluvial y a la mejora de las mediciones y la comprensión del problema, explicó Rockstrom.
Estos límites “determinan el destino del planeta”, agregó. Los nueve factores han sido “científicamente bien establecidos” por numerosos estudios externos, precisó.
Entremezclados nueve factores
Si la Tierra controla estos nueve factores, podría estar relativamente a salvo. Pero no es así, declaró.
En la mayoría de los casos, el equipo utiliza otros estudios revisados por colegas con el fin de crear umbrales mensurables para un límite de seguridad. Por ejemplo, utilizan 350 partes por millón de dióxido de carbono en el aire, en lugar de 1.5 grados de calentamiento desde la era preindustrial fijados en el acuerdo climático de París. Este año, el carbono alcanzó un máximo de 424 partes por millón.
Los nueve factores están entremezclados. Cuando el equipo utilizó simulaciones informáticas, comprobó que el empeoramiento de un factor, como el clima o la biodiversidad, provocaba la degradación de otros aspectos medioambientales de la Tierra, mientras la corrección de uno ayudaba a los demás. Rockstrom sostuvo que esto era como una prueba de estrés simulada para el planeta.
Las simulaciones mostraron “que uno de los medios más poderosos de que dispone la humanidad para combatir el cambio climático” es limpiar sus tierras y salvar los bosques, según el estudio. Devolver los bosques a los niveles de finales del siglo XX proporcionaría importantes sumideros naturales para almacenar dióxido de carbono en lugar de que esté en el aire, donde atrapa el calor, destaca el estudio.
La biodiversidad –la cantidad y los distintos tipos de especies vivas– se encuentra en uno de los momentos más preocupantes y no recibe tanta atención como otros factores, como el cambio climático, añadió Rockstrom.
El hecho de que la capa de ozono sea el único factor de mejora demuestra que cuando el mundo y sus dirigentes deciden reconocer un problema y actuar al respecto, puede solucionarse y “en su mayor parte hay cosas que sabemos hacer” para mejorar las situaciones restantes, agregó Neil Donahue, profesor de química y medio ambiente de la Universidad Carnegie Mellon.
Algunos científicos especializados en biodiversidad, como Stuart Pimm, de Duke, cuestionan desde hace tiempo los métodos y mediciones de Rockstrom, asegurando que eso hace que los resultados no tengan mucho valor.