Madrid. Luis Rubiales, ex presidente de la Real Federación Española de Futbol (RFEF), acudirá este viernes a declarar ante el juzgado central de la Audiencia Nacional española, donde el magistrado Francisco de Jorge le imputa los delitos de agresión sexual y coacciones. El ex dirigente es investigado por el beso no consensuado en la boca que asestó a la jugadora Jennifer Hermoso y por presionar después para que ella y su familia lo apoyaran públicamente ante el escándalo que provocó su conducta.
La decisión del juez De Jorge supone la confirmación de la impu-tación de los delitos por los que puede ser condenado hasta siete años de prisión, cuatro por agresión sexual y tres por el de coacciones. Aunque lo declaren culpable y sólo le impongan una sanción económica, seguramente se añadirá la inhabilitación para ocupar cualquier cargo público durante el periodo de tiempo que fijen los magistrados.
El togado todavía no decide si citará a declarar o no a la jugadora afectada, Hermoso, quien se encuentra en México, ya integra-da con su equipo, el Pachuca.
A raíz de la polémica creada por la conducta de Rubiales, a quien también se le señaló por la forma obscena de celebrar el triunfo en el palco de autoridades, ahora cualquier acto similar en los campos de futbol españoles se mira con lupa. Así le ocurrió al jugador Víctor Mollejo, del Real Zaragoza, de Segunda División, quien al meter un gol al equipo contrario, el Cartagena, celebró sujetándose en dos ocasiones los genitales mientras miraba a la grada de los rivales. Las entidades responsables de LaLiga decidieron presentar una denuncia ante el Tribunal de Competición y de Antiviolencia, para que decidan si cabe o no una sanción.
El jugador se mostró arrepentido al finalizar el encuentro y pidió perdón en un mensaje en redes sociales.