Santiago. El presidente Gabriel Boric aprovechó el acto de conmemoración del 50 aniversario del golpe militar en Chile para recriminar a la derecha la regresión negacionista en que está empeñada al evitar llamar “dictadura” al régimen de Augusto Pinochet, condenar el derrocamiento de Salvador Allende y la violación de los derechos humanos durante los 17 años de supresión de la democracia.
Rechazó también el postulado de que el golpe era inevitable, como sostienen teóricos conservadores, para justificarlo como única salida a la crisis política de 1973 en el país.
“Hoy decimos, ante Chile y el mundo, democracia hoy y siempre”, exclamó.
El presidente, una vez más y a contrapelo del discurso derechista predominante, destacó a Allende como un demócrata respetuoso de la Constitución, un luchador social consecuente y una figura de proyección global –“a 50 años de distancia, el mundo le sigue rindiendo honor y respeto”–, fustigando en su turno a los golpistas.
“Hoy recordamos a quienes defendieron la Constitución y las leyes cuando hace 50 años el estado de derecho caía avasallado por la fuerza de aviones, tanques y armas y la insolencia de la traición y la sedición”, indicó en la Plaza de la Constitución, repleta de invitados y del pueblo santiaguino, que aplaudieron recurrentemente con mayor o menor énfasis los párrafos de su discurso, a la vez que entonaban consignas.
“Pese a la negación e incomodidad de muchos, (mantendremos) siempre en alto las demandas de verdad, justicia, reparación, memoria y garantías de no repetición”, dijo, en directa alusión a la derechista coalición Chile Vamos y al Partido Republicano, cuyos líderes rechazaron asistir a la ceremonia y firmar el Compromiso de Santiago, de cuatro puntos: “cuidar y defender la democracia, respetar la Constitución y el estado de derecho”, “enfrentar los desafíos de la democracia con más democracia, condenar la violencia”, “hacer de la defensa y promoción de los derechos humanos un valor compartido” y “fortalecer los espacios de colaboración entre estados a través de un multilateralismo maduro y respetuoso de las diferencias”.
Otro reproche al “negacionismo” opositor se produjo cuando enfatizó que es imposible diferenciar entre el momento del golpe y los delitos de lesa humanidad cometidos en la dictadura, porque éstos se iniciaron en el instante en que la institucionalidad democrática era derrumbada.
“Hoy llevamos en nuestros corazones a quienes desde el primer día fueron perseguidos por sus ideas, murieron o fueron hechos desaparecer, conocieron la cárcel, la tortura, la relegación y el exilio. Por eso es muy importante afirmar con claridad que no es separable el golpe de Estado de lo que vino después, (porque) desde ese mismo momento del golpe se violaron los derechos humanos de los chilenos y chilenas”, sostuvo.
Boric salió al paso, además, de la crítica derechista que recibió luego de participar, el domingo y a su paso por una calle lateral a La Moneda, de una marcha cuyo destino era el monumento en homenaje a los detenidos desaparecidos y ejecutados políticos ubicado en el Cementerio General.
“El capricho irresponsable del presidente Boric de participar en la marcha puso en riesgo la integridad del Palacio de La Moneda y los carabineros que resguardan el perímetro”, acusó, por ejemplo, el líder ultraderechista/pinochetista José Antonio Kast.
Al respecto, el gobernante respondió que “quienes hoy nos critican por estar junto a (las víctimas), por marchar junto a ellas, por declararnos sus deudores, pero a la vez sus cómplices, les digo con mucha convicción y mucha tranquilidad que no me arrepiento un segundo de estar junto con mi gobierno del lado de quienes sufrieron”.
La unidad y la reconciliación “no se consiguen con neutralidad ni distancia, sino que poniéndose indiscutiblemente del lado de quienes fueron víctimas del horror. La reconciliación, queridos compatriotas, no pasa por pretender empatar las responsabilidades entre víctimas y victimarios, sino haciendo todo lo que esté a nuestro alcance por encontrar la verdad, la justicia”.
Hay en Chile aún mil 162 mujeres, hombres, niños y niñas desaparecidos, recordó, cuya suerte es responsabilidad del Estado, por lo cual “es tiempo de subsanar esas ausencias, de corregir las faltas, de reparar el daño para proyectarnos más allá de nuestros dolores”.
Hace 10 días el Ejecutivo lanzó un plan nacional de búsqueda de detenidos desaparecidos, que cuenta con el respaldo de las organizaciones de familiares de las víctimas, porque además del destino de los cuerpos, persigue también esclarecer quiénes, dónde y en qué circunstancias los secuestraron.
Respecto del 11 de septiembre, Boric la calificó de una fecha “para detenerse a pensar en las y los ausentes, recordar con cariño y agradecimiento a quienes desde el primer día se dedicaron muchas veces de manera anónima a salvar vidas”, al tiempo que reconoció y agradeció la solidaridad internacional recibida desde el instante mismo del golpe, cuando toda la fuerza del Estado, de un momento a otro, se tornó en contra de los perseguidos y los desamparados.
“Cabe recordar a todos quienes han recorrido aquella historia, y a quienes acompañaron y acogieron el dolor del momento en que ella se truncó. Porque sabemos que en medio del terror se levantaron organizaciones con dificultad, con amenazas, y a las que hoy les rendimos homenaje”, expresó.
Merecen reconocimiento “por hacer valer, en esos momentos duros, la dignidad y la solidaridad en tiempos que eran oscuros y donde, con su acción, no con su discurso, con su acción humilde, muchas veces anónima, sacaban a relucir lo mejor de la humanidad”, añadió.