Washington y Nueva York., Amplias mayorías a través del mundo desean vivir en sociedades democráticamente gobernadas, pero un nuevo sondeo de decenas de miles de ciudadanos en 30 países reveló que la fe en la democracia electoral se está erosionado –sobre todo entre los jóvenes– como resultado de que muchos creen que sus países proceden en una dirección equivocada y que los políticos no están actuando en los mejores intereses de sus pueblos.
“Nuestros resultados son sombríos y alarmantes”, explica Mark Malloch-Brown, presidente de Open Society Foundations, la fundación y centro de análisis fundado por George Soros que patrocinó la encuesta. “La gente en el mundo aún desea creer en la democracia, pero generación tras generación esa fe se va desvaneciendo al crecer las dudas sobre su capacidad de entregar mejoras concretas a sus vidas. Eso tiene que cambiar”.
Entre mayo y julio de 2023, el proyecto realizó sondeos a 36 mil 344 personas en México y otros 29 países –tanto en el mundo en desarrollo como en el avanzado– con una población combinada de 5 mil 500 millones de los 8 mil millones de personas en el mundo hoy día, y su informe sobre los resultados titulado El barómetro de Open Society: ¿Puede cumplir la democracia? fue emitido en México por La Jornada.
En 21 de los 30 países encuestados se registró un amplio temor de que conflictos políticos podrían llevar a la violencia. Por ejemplo, en Estados Unidos, así como en Sudáfrica, Colombia y Argentina, más de dos tercios de los encuestados expresaron que el malestar político podría estallar en violencia durante el próximo año.
Lo que descubrieron fue que, aunque persiste una preferencia abrumadora para vivir en un país democráticamente gobernado, el apoyo a lo que muchos promotores de la democracia consideran estructuras fundamentales de una democracia se está erosionando. “Aproximadamente un tercio de los encuestados dicen que permitir que el ejército gobierne o tener un líder que ‘no preste atención’ al parlamento o las elecciones es una buena manera de administrar un país”, reportan los encargados del proyecto.
Al evaluar los datos por edad, los resultados fueron aún más alarmantes: 42 por ciento de los jóvenes de entre 18 y 36 años creen que un régimen militar es preferible a una democracia. Aunque una mayoría de jóvenes –57 por ciento– cree que la democracia es preferible a otros tipos de gobierno, estos resultados contrastan de manera dramática con 71 por ciento de las personas mayores de 56 años que favorecen la democracia.
La realidad demostrada por el sondeo es que la democracia no está cumpliendo con sus promesas. De los encuestados en 30 países, 70 por ciento expresan ansiedad de que el cambio climático tendrá un impacto negativo sobre sus vidas, y 49 por ciento dicen que experimentaron dificultades en tener lo suficiente para adquirir alimentos en algún momento durante el último año. Porcentajes significativos de personas, desde Senegal hasta México y Estados Unidos, identificaron la pobreza y la desigualdad como los aspectos que más impacto han tenido sobre sus vidas personales.
En el informe sobre los resultados hay un reclamo de que aquellos con mayor poder, riqueza y que se han beneficiado más durante los últimos 300 años de desarrollo deberían hacer más para ayudar al resto del mundo. Mayorías en cada país, con la excepción de Ucrania y Japón, creen que la desigualdad global entre países es peor hoy que hace apenas un año, y que los países ricos necesitan otorgar más asistencia financiera a los demás de manera directa y a través del Banco Mundial.
También se registró un consenso universal de que las naciones de altos ingresos deberían ser las que lideren una reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. Y mayorías en todo país, con la excepción de Alemania y Rusia, están de acuerdo en que los países ricos deben ofrecer mayores compensaciones a los países de bajos ingresos que padecen las consecuencias del cambio climático.
El sondeo también registró que 61 por ciento creen que los países menos desarrollados deberían tener más voz en la toma de decisiones a nivel mundial. En todos los países, con excepción de Japón, la mayoría de los encuestados sugirió que la protección de los derechos humanos es un valor importante para sus sociedades; aunque en México y muchos otros países, los “derechos económicos y sociales” eran considerados igual o más importantes que los “derechos civiles y políticos”.
Mientras se registró un apoyo abrumador a los esfuerzos para defender los derechos humanos, una minoría significativa (42 por ciento) cree que los países ricos occidentales utilizan el tema de los derechos humanos para castigar a los países en desarrollo.
Con todo esto, para la Open Society Foundations, esta encuesta hace sonar una alarma para el mundo. “La democracia como ideal sigue teniendo amplia atracción, pero se necesita que demuestre que entrega mejores resultados concretos”, concluye el informe.
El reporte se puede consultar aquí: https://www.opensocietyfoundations.org/focus/open-society-barometer