Zacatecas, Zac. La Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) y la coordinación del área de Ciencias Agropecuarias de la Universidad Autónoma de Zacatecas (CA-UAZ), por conducto de sus respectivos representantes, José María Llamas Caballero y Héctor Gutiérrez Bañuelos, recomendaron a los ganaderos de la entidad implementar una acción urgente de venta y despoblamiento del hato para reducir de un millón a sólo 500 mil las cabezas de ganado vacuno “a la brevedad posible, antes de que la naturaleza haga su trabajo”, es decir, que los animales mueran de sed y hambre.
Esta acción forma parte del decálogo para el manejo de la sequía elaborado a principios de año por la CA-UAZ. Hay regiones donde prácticamente no ha llovido desde 2022.
No estaba previsto que el estiaje se agudizara, pero ante las adversas condiciones por las que atraviesan la mayoría de los municipios zacatecanos, se hizo un llamado general a los productores pecuarios para que vendan sus animales.
De acuerdo con el más reciente reporte del Monitor de Sequía, elaborado por especialistas de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) y del Servicio Meteorológico Nacional –publicado el 5 de septiembre–, de los 58 municipios del estado, 15 se ubican en la categoría de “sequía severa” y 41 en “sequía extrema”. Sólo dos localidades están consideradas en “sequía moderada”.
Zacatecas es una de las siete entidades del país que tienen 100 por ciento de su territorio en alguna condición de largo periodo de tiempo seco, al igual que Aguascalientes, Colima, Guanajuato, Morelos, Querétaro y San Luis Potosí, según el informe.
En entrevista, los representantes de la Sader, la coordinación de CA-UAZ, la Conagua y el Instituto Nacional de Investigaciones Agrícolas Forestales y Pecuarias (Inifap) coincidieron en que la entidad se encuentra ante un panorama no visto al menos desde el periodo 2011-2012, cuando por condiciones agroclimáticas similares miles de cabezas murieron.
Carlos Alean Rocha, responsable de meteorología en la Conagua-Zacatecas, explicó que el Monitor de Sequía es un estudio conjunto que elaboran especialistas de Estados Unidos, Canadá y México, en el que se observa cómo “en todo el estado tenemos alguna condición de sequía”.
Por su parte, Luis Reveles Torres, director del Inifap en el centro experimental de Calera, Zacatecas, señaló que de acuerdo con el registro de las 38 estaciones climatológicas que hay en las regiones agronómicas de la entidad, “estamos por debajo en lluvias, entre 30 y 50 por ciento menos”, dependiendo la zona.
José María Llamas Caballero, de la Sader, estimó que habrá una seria caída en la producción agrícola por las muy escasas lluvias de este año. “Antes del 25 de julio solamente tuvimos condiciones de humedad para poder sembrar 350 mil hectáreas de un millón susceptibles en el ciclo de temporal, con frijol, maíz y calabaza”.
Aunque se tenía la expectativa de que lloviera “tarde”, en agosto, eso no ocurrió, y continuaron las precipitaciones escasas y erráticas, a tal grado que “lo que se alcanzó a sembrar no está garantizado que produzca”.
Para el investigador universitario Héctor Gutiérrez Bañuelos la situación es compleja: “Tenemos un millón de cabezas de ganado bovino, de las cuales 920 mil son de productores de carne, bajo el sistema extensivo; es decir, ocupamos 5 millones de hectáreas de pastizales y agostaderos, donde ha llovido poco, y así no podrán sostener la ganadería. Además, hay 500 mil cabezas de ganado ovino y unas 750 mil de caprino.
“El escenario es que los productores tengan que vender sus animales antes de verlos morir y que la situación sea tan grave que ya no haya tiempo de venderlas”, alertó.
Recordó que entre 2011 y 2012 Zacatecas padeció la peor sequía de los últimos 50 años “y ahorita, por lo que se ve, se va a repetir, y tal vez más grave, porque en aquella ocasión perdimos entre 30 y 40 por ciento del inventario ganadero del estado”.
Previó que la economía de la entidad y sus productores agropecuarios enfrentarán un escenario crítico, económicamente hablando. “Es muy grave, porque los animales o murieron de hambre o se vendieron a precios casi regalados.
“Tuvimos la experiencia de ver, en el semidesierto de Zacatecas, que los introductores de ganado, los intermediarios, entraban con sus camiones a comprar ganado: pagaban a 500 pesos una vaca caída (viva) y a mil pesos una vaca flaca, en pie. Fue una afectación económica muy severa para las familias ganaderas, y eso sin contar todo el ganado que falleció. Tenemos que reflexionar. Si no empezamos a tomar decisiones desde ahorita, la naturaleza va a hacer su función”, lamentó.