Jaime Lozano, técnico de la selección mexicana, se niega a pensar en tiempos veloces. Aunque en sus planes lo más importante es el Mundial de 2026, conoce la exigencia de ganar la mayoría de sus partidos, incluso cuando no hay puntos de por medio. El empate ante Australia en el inicio de su preparación no lo tiene contento.
“Si mejoramos nuestro nivel, podremos lograr mejores resultados”, señala a pocas horas de enfrentar a Uzbekistán en el cierre de la fecha FIFA. “Los equipos se hacen fuertes a partir de trabajar juntos, es algo que no hicimos bien en el partido contra los australianos”.
Con una serie de enseñanzas acumuladas desde su etapa como jugador, Lozano advierte que ninguno de sus seleccionados tiene la promesa de sumar minutos en sus convocatorias. “La intención es que jueguen todos, pero nunca prometí que vayan a hacerlo”, señala en alusión al delantero de Chivas Alexis Vega, quien después de una etapa de recuperación sigue a la espera de volver a disputar un encuentro internacional con el Tricolor.
“Vega no está en su punto máximo, seguramente con el tiempo se encontrará mejor. La competencia interna es importante. Todos tienen la posibilidad de estar aquí mientras pasen por un buen momento en sus clubes. Hay jugadores que están pujando fuerte. Ahí están los casos de Hirving Lozano o El Chino (César) Huerta, quien es otro que está de moda. Todos tienen la calidad y visión para competir al máximo nivel”.
Lozano es consciente de las críticas por los llamados de algunos elementos de experiencia, entre ellos Héctor Herrera y el arquero Guillermo Ochoa. Pero en su análisis resalta la figura de Rafael Márquez, capitán histórico de la selección y una de sus principales voces de mando en pasados ciclos. “Memo sigue haciendo historia”, subraya el ex mediocampista de Pumas.
“Igual que con Rafa, hubo buenos centrales, pero como él, ninguno. Ochoa está en una gran liga, a un gran nivel, y detrás vienen Luis Malagón, Carlos Aceves y José Antonio Rodríguez. Talavera también lo hace bien y Rodolfo Cota se mantiene, pero Memo sigue haciendo las cosas bien, no sólo en la cancha, sino dentro del grupo”, agrega.
Luego de enfrentar a Uzbekistán en Atlanta, el equipo nacional romperá filas y los elementos convocados retornarán a sus clubes. La tarea de Lozano seguirá siendo desde los palcos, observando el desarrollo de nuevos talentos para llegar con confianza al Mundial de 2026. “Todos apuntamos hacia ese objetivo”, concluye.