Luego de la muerte de Salvador Allende, su esposa, Hortensia Bussi, viajó por el mundo representando al mandatario chileno, fallecido durante la asonada militar de 1973. Ella persiste en la historia de América Latina y el mundo por su fidelidad a su causa democrática y pacífica. Así lo relata la filósofa Fernanda Navarro, quien durante tres años acompañó en esa misión a quien también fuera profesora y activista.
El primer destino de Bussi, luego de aquel fatídico 11 de septiembre, fue Estados Unidos, la nación que estuvo vinculada a los golpistas chilenos. Navarro dijo a La Jornada que ese viaje aparentemente fue una contradicción, pues se trataba del “país enemigo. Ahí la traduje al inglés y vimos a la maravillosa mujer que es Angela Davis”.
Fernanda Navarro (Ciudad de México, 1941) asegura que Allende, ese hombre tan cabal, sigue vivo “porque a estas personas no logran matarlas. Estarán vivas no en la metafísica, sino en la historia que registra la verdad de todos los países en el mundo”.
La escritora describió a Hortensia Bussi (Valparaíso, Chile, 1914-2009) como “una mujerona. Nunca se puso a llorar en un rincón ni a decir ‘no puedo más’. Roto el corazón por su amor, Salvador Allende, fue por el mundo representándolo a él y a su causa”.
En esa lid, continuó Navarro, ella mostró una gran “dignidad que se veía en su andar. Nunca fue con la cabeza baja ni dijo ‘pobre de mí’, en cambio, asumió el ‘yo represento a mi Chile’, con autenticidad. Nunca pretendió ser lo que no era, pero valía oro por ser tal como era.
“Hortensia siempre estuvo a la altura de sí misma. La admiré siempre y a veces tuvimos que dormir en el mismo cuarto cuando viajábamos. Ella no hablaba otros idiomas, pero sí desde su corazón y yo podía traducirle todo. Me enriqueció tanto su cercanía, que no hay alfabeto para describirlo”.
Fernanda Navarro, doctora en filosofía por la Universidad Nacional Autónoma de México, aprendió inglés, francés, ruso y alemán. Colaboró con el filósofo británico Bertrand Russell y fue cercana al poeta español León Felipe, al teórico francés Louis Althusser y al escritor José Revueltas. Fue pareja del también pensador y activista Luis Villoro.
Es reconocida por su trayectoria académica y su compromiso con los movimientos sociales, como el zapatismo. Ha contribuido al desarrollo de la filosofía y del pensamiento crítico, por ejemplo, en su obra Filosofía y marxismo: entrevista a Louis Althusser, además de que dio clases de filosofía maya en la UNAM
La intelectual recordó que cuando se enteró del arribo al poder del gobierno de la Unidad Popular viajó a finales de 1970 a Chile para conocer de primera mano ese proceso, al que describió como “una posibilidad de humanismo, un paso adelante por la vía pacífica. Cinco partidos, hasta la izquierda cristiana. Nunca había visto eso”, y colaboró con la Editorial Nacional Quimantú.
Navarro salió del país tras el golpe de Estado, en el avión mexicano que también trajo a México a la viuda de Allende. La filósofa recordó que “por aras del destino y gracias a que estudié muchas lenguas fui su traductora, me adoptó. Me dijo ‘ayúdame’, porque llegando a México había periodistas de todo el mundo. De ahí me llevó consigo tres años a Europa y más allá”.
Navarro se encontró con Hortensia Bussi poco antes de que ésta regresara a Chile, siempre “fiel a lo que su patria le significaba”.