Chilpancingo, Gro., Las familias de cinco campesinos ejecutados en el poblado de Los Espadines, municipio de Ajuchitlán del Progreso, en la Tierra Caliente de Guerrero, durante la guerra sucia (1970), pudieron ver sus restos exhumados tras 50 años.
Se trata de Bartolo Rojas Nazario, Francisco Rojas Nazario, Gervasio Bernardino Román, Eduardo Oviada Ortiz, Apolonio Hernández Bernardino, José Isabel Rojas Bernardino y el niño Pablo Rojas Terán, que tenía entre 14 y 15 años de edad.
Estela Arroyo, dirigente de la Asociación Representativa de Ejidos y Comunidades, Grupos Vulnerables Víctimas de Violaciones a los Derechos Humanos, en entrevista telefónica en Radio Universidad Autónoma de Guerrero, dijo que “al ver los cuerpos de nuestros hermanos iniciamos un acto político, y entre gritos y consignas contra el Ejército, pronunciamos sus nombres”.
La exhumación inició el pasado 4 de septiembre y concluyó el 7, con el hallazgo, primero de cinco cuerpos, y después dos.