Desde el comienzo de la pandemia de covid-19, las cirugías plásticas han aumentado más de 30 por ciento en México. Entre las más solicitadas está la liposucción, la cual es la intervención más común realizada por médicos no calificados para ello y la que más complicaciones puede presentar.
Así lo advirtió David de Rungs, cirujano plástico certificado, quien señaló que debido a la carencia de regulación suficiente, pero también por falta de ética personal en el caso de muchos médicos, en México sigue siendo muy común la realización de cirugías plásticas que pueden resultar innecesarias o riesgosas para muchos pacientes, lo que puede causarles graves daños de salud e incluso la muerte.
En entrevista con La Jornada, el experto en cirugía estético-facial, rinoplastia y cirugía de mamas subrayó que en dicho ámbito continúa siendo frecuente que muchas personas soliciten al médico diversas operaciones que no es recomendable practicar, sobre todo cuando el paciente tiene dismorfia, es decir, la percepción exagerada de un supuesto defecto físico.
“Lo más importante es establecer cuándo a un paciente ya no hay que operarlo, y esto ocurre generalmente cuando ya se vuelve adicto a las cirugías. Hay que identificar eso y comentarlo de una manera totalmente amistosa, comprensible y empática, para que pueda comprender que el resultado no estaría de acuerdo con sus expectativas”, apuntó.
De Rungs enfatizó la importancia de “rechazar las cirugías que no van a hacerle bien a los pacientes y no someterlos a ningún riesgo. Si vemos que se puede involucrar en algún problema emocional, hay que hacer una interconsulta con sicología para ayudarle al paciente a entender por qué no se debe realizar esos procedimientos”.
Luego de destacar que debe asegurarse el uso de materiales quirúrgicos de la más alta calidad, y no polímeros o modelantes, el especialista indicó que aunque no hay estudios definitivos al respecto, la cirugía plástica más común realizada en el país es la liposucción, “que desafortunadamente es la que más realizan personas que no son cirujanos certificados. Ese es un problema sanitario en México”.
De Rungs afirmó que es indispensable para los pacientes revisar toda la información de los cirujanos plásticos a los que acudan, y recalcó que las operaciones deben ser “personalizadas”, según las características físicas de cada persona, en lugar de tratar de imitar modelos poco realistas de belleza.