Claudia Sheinbaum recibió anoche del presidente Andrés Manuel López Obrador el bastón de mando del movimiento de la Cuarta Transformación. Con él en mano, la ex jefa de Gobierno ofreció al mandatario “continuar con su legado”, así como frenar y exhibir a “los que quieren regresar al pasado, con máscara de cambio”.
La transferencia en la conducción de la 4T se selló en la puerta de la librería Porrúa del Centro Histórico con la entrega del bastón –coronado con la cabeza de un águila–, pero sobre todo con un gesto que ratificó su histórica relación política y de amistad: ambos caminaron abrazados por la calle de Justo Sierra, a un costado del Templo Mayor.
Después platicaron ellos solos, en la explanada del museo.
El Presidente eligió para la cesión de la dirección política de Morena el mismo sitio donde el 1º de junio pasado se fijaron las reglas del proceso interno, donde todos se comprometieron a cumplir y aceptar los resultados, el restaurante El Mayor, que tiene la mejor vista de los edificios prehispánicos. Y al fondo, el Palacio Nacional.
Incluso, el mandatario difundió después dos fotografías de ambos con el mensaje: “Hoy entregué a nuestra querida compañera Claudia Sheinbaum el bastón de mando para dirigir nuestro movimiento y dar continuidad a la transformación, cuyo protagonista principal ha sido, es y será el pueblo de México”.
El relevo, al que también acudieron gobernadores, dirigentes de Morena, PT y Partido Verde fue presenciado por cientos de simpatizantes que se apretujaron en la esquina de Argentina y Justo Sierra.
Poco antes de las 9 de la noche, el presidente, Sheinbaum, los gobernadores y las corcholatas –excepto Marcelo Ebrard– salieron por la puerta de la librería.
Con una exclamación y gritos de “¡presidenta, presidenta!”, los asistentes celebraron la entrega del bastón.
En su discurso –el mismo que, en el encuentro previo en privado, leyó ante López Obrador–, Sheinbaum expresó: “Tomo este bastón de mando, representación de los valores más profundos de nuestra historia viva de los pueblos indígenas. Lo tomo con orgullo y compromiso, con humildad, pero con la plena responsabilidad de continuar el rumbo trazado por nuestro pueblo, el de la transformación que ha iniciado el presidente Andrés Manuel López Obrador”.
Precisó que, aun cuando él le entrega el mando, ella resguardará siempre su legado y anticipó: “Hay mucho trabajo por hacer hacia adelante, porque vamos, no sé si se puede decir, ¡pero vamos por el 2024!”
Sheinbaum se comprometió a que estará a la altura de las circunstancias, que caminarán juntos en unidad y que jamás traicionará “el anhelo de seguir construyendo un México aún más justo, fraterno, soberano, libre y democrático”.
En un amplio reconocimiento al “liderazgo incansable” de López Obrador, y entre gritos de celebración de simpatizantes, exclamó: “Lo digo fuerte para que se oiga lejos, ¡es un honor estar con Obrador!”
Recordó entonces su relación política de larga data: “Haber caminado junto a usted cuando fue jefe de Gobierno, cuando lo desaforaron, cuando hicieron el fraude de 2006, con el gobierno legítimo, cuando luchamos por la defensa del petróleo con las adelitas; cuando se firmó Morena como asociación civil, cuando se formó como partido político, cuando la reforma energética en 2013, en el triunfo de 2018, como jefa de Gobierno y usted como Presidente”.
Más aún, le prodigó: “Usted, querido Presidente, por muchos años ha representado y representa el anhelo de justicia del pueblo de México. Con su energía y empuje ha cambiado para bien la historia de nuestro país.
“Usted, querido Presidente, es un referente ético y moral, que nos ha enseñado a no caernos frente a ninguna adversidad, a no arrodillarnos frente al poder del dinero, a confiar en el pueblo y su dignidad y a que, cuando hay revolución de las conciencias y un pueblo se empodera y reconoce su fuerza y su historia, ¡no hay nada que lo detenga!”
Siempre, le refrendó, “tendrá nuestro apoyo; cuidaremos su gran legado y sepa que el cierre de su gobierno será espectacular, porque una vez más el pueblo de México estará haciendo historia”.
Junto a ella, la gobernadora de Quintana Roo, Mara Lezama, iba recogiendo las cuartillas que Sheinbaum leía. “A ver si me ayuda aquí la gobernadora”, le pidió.
La ex jefa de Gobierno resaltó que, con el gobierno de López Obrador, el país ya no es de unos cuantos, sino de todos y arremetió contra “los que quieren regresar al pasado, ahora con máscara de cambio, como la mentira de (Vicente) Fox, que prometió un cambio y acabaron con un fraude. Hay que mostrarlos, porque suelen usar disfraces de feministas, de demócratas o más recientemente de ciudadanos que llaman a una falsa reconciliación”.
Al terminar su mensaje, las otras corcholatas se dejaron tomar fotos y ofrecieron entrevistas. Con su 6 por ciento en el sótano de las preferencias, Monreal se destapó ahí mismo por la candidatura al gobierno capitalino.