Yakarta. El presidente de Indonesia, Joko Widodo, lanzó ayer una clara advertencia durante el cierre de una cumbre de países del sudeste asiático al que se unieron China, Estados Unidos y Rusia, al señalar que “seremos destruidos” a menos que se resuelvan los conflictos.
La cumbre de tres días de líderes de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN, por sus siglas en inglés) y con sus homólogos asiáticos y occidentales en la capital indonesia de Yakarta, subrayó los principales conflictos en Asia con exhortos a resoluciones pacíficas y moderación.
La sangrienta lucha civil de Myanmar y las disputas territoriales en el mar Meridional de China, que se han extendido sin ninguna solución a la vista, ocuparon un lugar destacado en la agenda.
También surgieron preocupaciones sobre la rivalidad entre Washington y Pekín en la región, aunque no se mencionó específicamente ninguna ante la presencia del primer ministro chino, Li Qiang, y la vicepresidenta estadunidense, Kamala Harris. También participó el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguei Lavrov.
“Les puedo garantizar que si no somos capaces de gestionar las diferencias, seremos destruidos”, afirmó el presidente indonesio, quien dirigió la ASEAN de 10 naciones este año, en una conferencia de prensa después de las conversaciones de la cumbre.
“Si nos unimos a las corrientes de rivalidad, seremos destruidos”, añadió. Widodo, que cedió el liderazgo del grupo regional a Laos y caracterizó a la ASEAN como un pacificador regional –o un refugio– que el mundo necesita.
Fundada en 1967, en la guerra fría, la ASEAN agrupa a Brunéi, Camboya, Indonesia, Laos, Malasia, Myanmar, Filipinas, Singapur, Tailandia y Vietnam. Aunque fue tildado durante muchos años de ser un foro ineficaz, a la ASEAN se le atribuye la capacidad para convocar a potencias mundiales rivales.