Luego de que La Jornada publicó que el bufete del diputado Santiago Creel ha cabildeado ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) para que el ministro Luis María Aguilar atraiga amparos de Grupo Elektra contra el pago de impuestos, el presidente Andrés Manuel López Obrador criticó ayer a despachos de abogados que “se dedican a las relaciones públicas, a desayunar y comer con jueces, magistrados y ministros”.
En la mañanera, el mandatario aseveró que “son varios los despachos de abogados” los que negocian para que algunas empresas no paguen impuestos.
Interrogado sobre la información publicada por este diario, dijo: “tampoco esto es nuevo; acuérdense lo que pasaba desde Salinas, Zedillo, había abogados especialistas en cuestiones penales; uno se anunciaba y decía: ‘no tengo ningún cliente en la cárcel’, y no era por tener muchos conocimientos en la profesión, sino por contar con muchas influencias y agarraderas.
“Hay quienes no hacen una denuncia, tienen ahí a sus auxiliares; ellos se dedican a las relaciones públicas, a desayunar y comer con jueces, magistrados, ministros.”
A pregunta expresa sobre el particular, descartó que haya presiones del Poder Judicial de la Federación que puedan desestabilizar su gobierno, e insistió en una reforma para que ministros, jueces y magistrados sean electos por los ciudadanos.
“El mejor método para limpiar la vida pública es el democrático”; los problemas estructurales del Poder Judicial “no se resolverán milagrosamente”, subrayó, pero opinó que un primer paso sería que ministros, jueces y magistrados “no deban a ningún político el cargo, o a los líderes de partidos, o incluso al presidente, sino al pueblo, para que lo defiendan”.
Señaló que los integrantes del Poder Judicial y abogados “deben ocuparse de la justicia, de los asuntos que tienen que ver con la gente; que se ocupen de que no haya en las cárceles inocentes, de que nadie esté ahí por consigna, que no haya presos políticos ni gente presa sin sentencia durante 20, 30 años, que se ocupen de que funcione muy bien la defensoría de oficio, para que no sean nada más los despachos de abogados, que cobran por hora, los que los visitan constantemente y están en las antesalas de sus oficinas, mientras los abogados de los pobres nunca son recibidos.
“Por eso, sostenemos que es necesaria una reforma, porque no sólo son los ministros, son magistrados, jueces, y yo diría que es también la academia, las escuelas de derecho; es la abogacía. Se tiene que hacer una revisión en lo estructural, pero hay que comenzar por algo, y pienso que quien puede ayudar a purificar al Poder Judicial es el pueblo”, subrayó.