Ciudad de México. De mano en mano, por sobre las cabezas de cientos de personas que esperaban anoche afuera del World Trade Center, simpatizantes de Claudia Sheinbaum Pardo le acercaron un megáfono. “¡Pásenle el megáfono a la presidenta!” “¡Unas palabras, presidenta!”, le pidieron.
Desde el estribo de un estudio móvil de televisión, ya investida como coordinadora de la defensa de la Cuarta Transformación, entre gritos de “¡presidenta, presidenta!”, la ex jefa de Gobierno capitalino ofreció su primer discurso, tras su triunfo, en un gesto que no estaba previsto:
“Compañeras, compañeros. Quiero agradecerles su presencia, ¡muchas gracias por venir a este momento histórico que estamos viviendo!” Entre quienes comenzaron a concentrarse en la calle desde las cinco de la tarde para conocer el resultado de las encuestas, a pesar de la lluvia, se iniciaron gritos de “¡sí se pudo, sí se pudo!”
Asida de la puerta de la camioneta con la mano izquierda y con el megáfono en la derecha, presumió: “Se hicieron cinco encuestas ¡y ganamos las cinco con más de 10 por ciento!”
La declaración, que confirmaba la clara ventaja, fue celebrada nuevamente con gritos de “¡sí se pudo, sí se pudo!”
Rodeada también de decenas de cámaras y reporteros, Sheinbaum declaró: “Lo más importante, a partir de ahora, es seguir convocando a la unidad de nuestro movimiento”.
Como lo había hecho durante la ceremonia para presentar los resultados de la encuesta, indicó: “Y va a empezar a haber tareas, porque ya se nombró a la coordinadora nacional de defensa de la Cuarta Transformación y vamos a seguir trabajando todos los días, porque se lo debemos al pueblo de México. Nuestro gran pueblo, solidario, que quiere que continúe el cambio de la vida pública de México”.
“¡Muchas gracias a todas, a todos! ¡Que viva la Cuarta Transformación! ¡Que viva el Presidente y que viva la unidad de nuestro movimiento!”
La gente que rodeaba la camioneta seguía apretujada. “Ahora les quiero pedir algo muy importante: necesitamos ir abriendo espacio poco a poco, ¿les parece? Yo sé que todos quieren una foto, pero va a haber tiempo, porque los voy a visitar a sus alcaldías y a sus estados, no se preocupen”.
Metros adelante, finalmente subió a su Aveo gris 2012, que fue abriéndose paso entre el tumulto en las calles de la colonia Nápoles.
El pueblo decidió
Al conocerse los resultados de las encuestas, cinco de las seis corcholatas cerraron filas.
“El pueblo decidió”, resumió el ex secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, quien tras el abandono del proceso por parte de Marcelo Ebrard se ubicó políticamente en el segundo lugar del ejercicio, en empate técnico con Gerardo Fernández Noroña.
Cada quien con sus matices, todos aceptaron el triunfo de Sheinbaum. Ricardo Monreal, que se presentó adusto, habló desde el sótano con su 6 por ciento: “navegamos contracorriente, contra recursos, sin dinero ni aparato”. Fernández Noroña deslizó que si Marcelo rompe “por ambiciones, se lo va a chupar la bruja políticamente hablando”.
Manuel Velasco, con su quinto lugar de 7 por ciento, describió los resultados obtenidos como “muy contundentes”.
El primero de los abrazos de las corcholatas para Sheinbaum fue el de López Hernández. Monreal le levantó la mano, pero luego se hizo a un lado y le cedió el turno al ex titular de Gobernación. Abajo del templete, el abrazo más largo y fuerte fue el de su prometido, Jesús María Tarriba.
Otros más se le acercaron a pedir una foto: “¡Doctora, doctora!” Sheinbaum Pardo anunció: “ya me voy; me está esperando la gente”.