La profesora de asignatura Dora Ascensión Romero Olivera, con más de 20 años de experiencia docente en la Facultad de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), se inscribió en la contienda por la Rectoría de la máxima casa de estudios con la seguridad de conocer a la institución “desde abajo”, y con un plan basado en la mejora de las condiciones laborales de los maestros y la cercanía con las necesidades de los estudiantes.
En entrevista con La Jornada, la académica señaló que las autoridades encargadas de definir la sucesión del rector no deben “desdeñar” una candidatura como la suya, pues considera que para dirigir a la UNAM no hace falta tener un gran historial de cargos administrativos, sino conocer las problemáticas reales de la universidad.
“Me interesó inscribirme al proceso porque me parece que esta primera fase es la única realmente democrática, pues los requisitos los puede cumplir una amplia gama de académicos e investigadores, como es mi caso”, dijo.
Pese a ello, “hay cierta costumbre de que los candidatos son del mismo staff del rector, como si fuera una aristocracia. En este momento un tema recurrente es la democratización de la universidad, por eso me pareció necesario que se escuche la voz de una profesora que esté involucrada y cercana a las problemáticas de la comunidad”.
Entre las propuestas de Romero –quien tiene una maestría en geografía ambiental por la propia UNAM– se encuentra hacer un diagnóstico amplio de los principales retos de la institución, para saber “qué es necesario mejorar o transformar”, y hacerlo a partir de las necesidades de los estudiantes y los profesores.
Respecto a los cerca de 22 mil maestros de asignatura –muchos de los cuales tienen maestrías y doctorados–, recalcó que son ellos los que absorben la mayor parte de la carga de impartición de clases, pero “tenemos un salario bajísimo, de entre 6 y 8 mil pesos al mes en muchos casos, y con condiciones materiales muy malas”, por lo que es urgente atender este aspecto y hacer un mejor uso del presupuesto.
Por otro lado, estimó necesario renovar los planes de estudios que “no le son útiles a los alumnos o no están correctamente integrados”; revisar las causas de que en el turno vespertino de muchas escuelas haya tantos espacios físicos y de matrícula aparentemente desaprovechados, y dar garantías básicas a las partes involucradas en casos de violencia de género.
“Hay alrededor de 90 por ciento de las denuncias que no son resueltas, por eso propongo que existan garantías de reparación del daño para las víctimas, que a éstas se les respete su derecho a seguir estudiando y que se trabaje en el debido proceso”, ya que en algunos casos ha habido rescisión de contratos de maestros cuyas faltas no ameritaban dicha sanción, dijo Romero, quien recordó que ella misma padeció actos de hostigamiento que le impidieron terminar su doctorado.
“Me parece que este es un momento importante para hacer cambios en la UNAM, y uno de ellos sería que no desdeñaran la candidatura de una profesora de asignatura que no tiene los grandes nombramientos, pero sí está involucrada en las problemáticas de la universidad.”