Brasilia. El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, anunció ayer la demarcación de dos nuevas reservas indígenas, consideradas grandes barreras contra la deforestación, durante una ceremonia por el día de la Amazonia.
“El pueblo amazónico merece tener sus derechos garantizados para una vida mejor”, sostuvo Lula, luego de la firma de los decretos de homologación en el palacio presidencial de Planalto.
El gobierno demarcó las tierras de Rio Gregório, en la ciudad de Tarauacá, estado de Acre ; y Acapuri de Cima, en el municipio de Fonte Boa, en Amazonas.
Se trata de 187 mil y 18 mil hectáreas destinadas a los pueblos Yawanawá y Katukina, y los Kokama, de forma respectiva.
Son las dos primeras tierras de un grupo de ocho que serán homologadas hasta fin de año, según la ministra de los Pueblos Indígenas, Sonia Guajajara.
“Si no hay futuro para la Amazonia y su pueblo, tampoco habrá para el planeta”, aseguró Lula.
El gobernante izquierdista ya había demarcado en abril otras seis reservas, las primeras luego de cinco años.
Su predecesor de ultraderecha, Jair Bolsonaro, cumplió su promesa de no ceder “ni un centímetro” a los pueblos originarios.
Los científicos consideran las reservas indígenas, protegidas por el Estado, como barreras contra la deforestación y claves en la lucha contra el calentamiento global.
La homologación garantiza a los pueblos aborígenes el derecho de ocupar sus tierras ancestrales, así como el uso exclusivo de los recursos naturales.
En otro asunto, por lo menos 21 personas murieron en el seureño estado de Río Grande do Sul, a causa de una fuerte tormenta que provocó inundaciones.