Llega a su fin el largo proceso del corcholatismo (como variante del tradicional ejercicio del presidencialismo mexicano para definir la sucesión). Tal operación fue destapada, impulsada y supervisada por el Presidente de la República, en un trayecto final con seis participantes (algunos de los originalmente enumerados en la mañanera no avanzaron y, en el camino, a cuatro morenistas se sumaron representantes de los partidos Del Trabajo y Verde).
Así que hoy deberá quedar planchado (bien o mal) el traje de gala electoral para quien habrá de recibir este miércoles el bastón de mando del movimiento de la 4T, teóricamente ya con Palacio Nacional en modo Fin de Sexenio, sin botón partidista o electoral disponible. Teóricamente.
Apuntada y apuntalada desde el inicio de esta excursión por Palacio Nacional, Claudia Sheinbaum ha sido la reina de las encuestas, siempre puntera en la mayoría de las casas de demoscopia consideradas serias. Además, ha ido concentrando el apoyo de buena parte de la clase política morenista y ha incorporado bisutería de otros partidos que ella considera le es útil. Si todo fuera como se previó, ella debe ser la receptora del simbólico bastón arriba mencionado.
A contrapelo de ese favoritismo, Marcelo Ebrard ha planteado una batalla con institucionales tintes de calculada “rebeldía”. Ha impugnado partes del proceso y ha dejado correr la posibilidad de buscar la candidatura presidencial por otra vía, la del Movimiento Ciudadano, al que el frentismo xochitleco considera “esquirol”, con ánimos divisorios del voto opositor. Anoche publicó en redes que sigue “muy preocupado por el proceso de la encuesta en curso. Mañana (hoy) haremos revisión con nuestros representantes de las incidencias y problemas”.
Para Adán Augusto López Hernández todo será ganancia. No era personaje de nivel nacional y su paisano lo colocó en Gobernación y luego en la carrera presidencial, como carta de eventual relevo si el pleito entre los dos punteros los volviera inviables. Su plataforma de lanzamiento es a la vez su debilidad actual: otro López tabasqueño, construido con pretensión de réplica, sería ideal para que los opositores hablaran de un maximato confeso.
De los tres restantes ha de decirse que Gerardo Fernández Noroña tuvo un notable crecimiento, que Ricardo Monreal sólo tuvo ojos electorales para la Ciudad de México y que Manuel Velasco Coello juega un papel simbólico y de convalidación.
Astillas
Luis Donaldo Colosio Riojas declaró que no será candidato presidencial, pues requiere maduración política y no desea ser factor divisorio en la oposición. Lo dijo a pregunta expresa de Agustín Basave Benítez, el ex presidente del PRD y ex militante priísta que hace pocos años cambió su ejercicio académico de la Ciudad de México a Monterrey… A su vez, Agustín Basave Alanís, hijo del antes mencionado y secretario general del ayuntamiento de Monterrey que preside Colosio Riojas, propuso que Movimiento Ciudadano se una al Frente Amplio mediante una futura medición de intención del voto (otra encuesta) que lleve a la declinación a Xóchitl Gálvez o a quien haya sido la propuesta de MC (¿Ebrard, en dado caso? ¿Samuel García?)... Alfredo del Mazo recibió ayer un trato presidencial de injustos elogios por haber hecho todo lo necesario para que transitara eficazmente la campaña electoral de Morena y su candidata Delfina Gómez, a la que le había hecho fraude electoral seis años atrás. Similares reconocimientos a otros gobernadores “opositores”, que fueron propicios para Morena, han significado cargos diplomáticos y, sobre todo, un virtual certificado de impunidad por lo hecho durante su sexenio. ¿Así será con Del Mazo?... Y, mientras Javier May ha dejado su responsabilidad federal (Fonatur, Tren Maya) para poder competir por la gubernatura de Tabasco contra la facción que encabeza Adán Augusto López Hernández… ¡hasta mañana!
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