Nace una nueva estrella en el firmamento político estadunidense: Vivek Ramaswamy providencialmente llegó a salvar de la desesperación que embarga al estatus conservador en EU. Hace algunos meses era un empresario exitoso hasta que algún avezado publicista lo ungió como bateador emergente para salvar del “populismo” a la nación. Encontró la oportunidad de brincar a la contienda por la candidatura republicana a la presidencia ante la opacidad de la mayoría de quienes aspiran a derrotar al presidente Biden. Ramaswamy no es una casualidad política, sino más bien el ejemplo de lo que también sucede en otras naciones como respuesta de las élites conservadoras en su afán de borrar las políticas “populistas”. En el caso, no ha pasado desapercibido por quienes se dedican al análisis de la actualidad política: la similitud con Donald Trump y sus políticas supuestamente “antisistema”.
Pretende disputar la candidatura del partido republicano a Trump, ensalzándolo y suscribiendo su forma de gobernar con propuestas incluso más radicales que él. Por ello se estima que su máxima aspiración es llegar a ser su compañero de fórmula, lo que en alguna medida no ha descartado Trump. En sus discursos de campaña están ausentes propuestas coherentes para gobernar y, en cambio, abundan los lugares comunes del más rancio conservadurismo, la vulgaridad y un sistemático ataque al gobierno actual. Su formación como ingeniero en biotecnología le permitió formar una empresa y amasar una fortuna millonaria. De ahí su trasnochada idea de ser capaz de manejar una nación tan compleja como EU. En el fondo su máxima aspiración es convertir al país en una gran empresa, privatizar buena parte del gobierno, las instituciones públicas y despedir a 75 por ciento de quienes trabajan en ambos. No es extraño que reciba el apoyo de quienes llevaron a Trump a la Casa Blanca, los mismos que se han opuesto a la política “populista” que a viento y marea el presidente ha construido en beneficio de la mayoría, especialmente los más necesitados. Los errores de Biden no opacan sus aciertos ni su indeclinable propósito en apoyar a quienes durante años han esperado inútilmente algún beneficio del Estado.
A no dudar, la ola mediática de la derecha más rapaz auspiciada, pagada y organizada en las élites empresariales y financieras contra el presidente seguirá creciendo. Pero no podrán escatimar la razón que le asiste en su lucha para cambiar la precaria situación de las mayorías. Es de esperarse que con Ramaswamy no se repita el error que permitió a Trump ser presidente.