Por primera vez en su sexenio, el presidente Andrés Manuel López Obrador acudirá esta mañana a un informe de un gobernador opositor, el mexiquense Alfredo del Mazo. Será una de las mayores deferencias presidenciales para un priísta, en medio de la disputa electoral, muestra de las cordiales relaciones que mantuvieron a lo largo de estos últimos cinco años en los que el gobierno federal construyó en el estado de México uno de sus proyectos emblemáticos: el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles.

Las intensas relaciones entre López Obrador y Del Mazo arrancaron desde antes de que el tabasqueño asumiera el cargo, cuando en calidad de presidente electo promovió una consulta sobre la viabilidad del aeropuerto que su antecesor, Enrique Peña Nieto, pretendía construir en Texcoco. Aunque la obra tenía importantes avances, se canceló su construcción, sin que Del Mazo objetara esa decisión.

Por el contrario, ya en el gobierno de López Obrador se registró una intensa colaboración para impulsar al AIFA con una fuerte inversión no sólo para construir esa nueva terminal aérea, sino también para otras obras de infraestructura, como la ampliación de la carretera México-Pachuca. En paralelo, el estado de México invirtió en nuevas vialidades que facilitaran el acceso en su territorio al AIFA.

El colofón fueron las pasadas elecciones para gobernador mexiquense, en las que Del Mazo optó por no involucrarse, lo que facilitó el triunfo de la morenista Delfina Gómez, y en otra deferencia de Del Mazo hacia el Presidente aceptó adelantar un día el relevo, que será el 14 de septiembre, aunque la legislación establece el día 15.