Al mismo tiempo que la pandemia por covid-19 mantenía confinada a la gente en sus casas, uno de los discos más queridos de la banda colombiana Aterciopelados llegaba a los 25 años. La crisis sanitaria impidió que los planes que se tenían se hicieran posibles. “Terminamos celebrando los 28 años, un aniversario raro, pero así se hizo. El 22 de abril en Bogotá, en el Palacio de los Deportes, ofrecimos un concierto de El dorado”, contó Andrea Echeverri en entrevista.
El atrasado festejo incluyó la colaboración de dos reconocidos intérpretes: Carlos Vives y Rubén Albarrán, de Café Tacvba. Junto al mexicano, la banda hizo una nueva versión de Mujer gala, elegida como el primer sencillo para continuar con la celebración más allá del concierto.
La colaboración con Albarrán fue para Andrea Echeverri y Héctor Buitrago algo casi natural. “Tiene que ver con que empezamos más o menos en la misma época y creo que lo hicimos con esa energía punkera, y luego la evolución que hemos tenido como músicos y personas ha sido de alguna manera similar. Después nos volvimos activistas de distintas causas: el tema de los derechos de la mujer, del ambientalismo, de la defensa del agua y de los derechos ancestrales… hay como mucha cercanía en nuestra historia”, señaló el guitarrista.
Además de la compatibilidad entre las dos bandas, El dorado también recibió indirectamente aportes de los tacvbos. “Recuerdo habernos montado en el auto de Héctor, un carrito rojo que tenía, a escuchar Re. Pensábamos: están en algo parecido a nosotros, porque era como coger folclor, pero igual cada uno tenía como su manera moderna, o personal o identitaria de procesarlo”, contó Echeverri.
Una muestra de esa influencia también está en la canción que años más tarde incluiría a Albarrán. “Tiene una frase que le escuchamos a Café Tacvba: “chica banda”, que en ese momento no sabíamos lo que era, y cuando escribimos la canción cogimos a esa chica banda y la incluimos en Mujer gala”, admitió Buitrago.
Volver a El dorado devolvió un contacto con su música que había quedado atrás. “La idea fue recrear ese álbum, todo lo que significó ese disco para nosotros y para mucha gente. Sobre todo en Colombia fue un álbum que marcó a una generación porque fue muy popular y mucha gente nos lo hizo saber”, contó.
El aquí y el ahora
A pesar de todo, el proceso no siempre fue sencillo, en especial para Andrea. “Para mí, fue complejo, porque como que defiendo mucho el aquí y el ahora. Entonces, eso de la nostalgia, ah. Además, enfrentarse a la cantante que fui hace 28 años, pues yo cantaba como una niña y ahora canto como la vieja que soy. Hay muchas cosas raras, pero fue un proceso, y nos metimos en eso, y hubo llanto, y clases de canto; una cantidad de cosas para lograrlo”, indicó la vocalista.
Además de los cambios que ha sufrido Echeverri, durante la celebración también tuvo que lidiar con otras emociones. “Este proceso, para mí, fue muy difícil en muchos niveles. El hecho de que te graben también es feo, porque los conciertos tienen otra energía, muy diferente a la del estudio. Esta última va con perfección, con que todos estemos donde es; el concierto no; es una conexión con la gente, y nadie está oyendo: ‘ay, está medio tono abajo’. Eso no es de ahí. Entonces hacer un concierto que uno sabe que van a filmar no es rico”, añadió.
A pesar de su rechazo a la nostalgia, también es consciente del lazo que la une a sus primeros trabajos. “Cuando hay algo exitoso en la carrera de alguien ahí queda. Celia Cruz tenía que decir ‘azúcar’, quisiera o no. Y a veces uno se siente como encerrado en un personaje, y uno es rebelde también y defiende lo que es. No soy esa monita de pelo cortito que se reía todo el tiempo; soy una mujer en su crisis de los cincuenta y pico”, sostuvo.
En el caso de Héctor, a partir de la celebración, también hubo un redescubrimiento de su música. “Fue muy chévere, porque nos sorprendieron, nos gustaban las canciones. Temas que no habíamos vuelto a escuchar desde hacía muchos años y nos encontramos con que estaban muy bien, y entendimos una vez más porqué El dorado fue tan exitoso, pues realmente sí tenían una magia muy especial”, explicó.
“Es bonito cuando la energía de ciertas canciones te habita. Entonces, Mujer gala o Pilas, temas de juventud exaltada, de pronto es que tú te sientes otra vez inmortal, y es hermoso, es chévere”, agregó Echeverri.
Los músicos atribuyen la longevidad de Aterciopelados a una mezcla de sus viejos éxitos y sus ganas de seguir expresándose a través de la música. “Uno hace lo que hace porque lo hace feliz. Escribir canciones nuevas me hace muy feliz y en un punto es muy terapéutico. Uno tiene como una cosa ahí en la cabeza dando vueltas y de pronto hace una canción y eso alivia y conecta, porque seguro que esa cosa que te tiene cabezón la comparte mucha gente”, sostuvo.
Aterciopelados seguirá lanzando sencillos surgidos del concierto de celebración de El dorado. “Fue emocionante, muy hermoso. Ese disco es muy importante para mucha gente; muchos me dicen que lo escucharon en el autobús del colegio. Treintones y cuarentones me comentan eso, y luego muchos jóvenes fueron al concierto”, precisó.
La banda colombiana tiene planeados varios conciertos para el final de este año. Además de México, planea visitar países como Estados Unidos, Australia, Perú, Ecuador, Canadá y Colombia. En sus redes sociales (Instagram: @aterciopelados) se pueden consultar las fechas.