Ungida por la oligarquía como su “coordinadora” (léase candidata), de inmediato Xóchitl Gálvez mostró el cobre, se olvidó de quiénes la rodeaban y presumió su discurso hueco y sin filtro: “mi regla de oro es ni huevones ni rateros ni pendejos”, sin recordar que a su alrededor la arropaban cuando menos tres personajes que con creces reúnen los elementos por ella rechazados: Alito Moreno, Marko Cortés y Jesús Zambrano (en la sombra, el junior Claudio), sin olvidar a sus amigos del cártel inmobiliario. Bueno, para no ir más lejos, ella misma con sus mil 400 millones de pesos en contratos.
Domingo de jolgorio para Ladygelatinas, quien de inmediato dejó en claro que carece de discurso y propuestas propios, por lo que debió recurrir a frases y planteamientos de aquellos a quien tanto odia, siempre en su fallido intento por justificarse como “coordinadora nacional” del Frente Amplio por México, Sociedad Anónima. Y habló de “no engañar ni manipular a los mexicanos”, cuando en los hechos eso fue lo que ella hizo y hace por instrucciones de la oligarquía que la seleccionó.También hizo un llamado a “no inculcar el odio entre los mexicanos”, algo que, dicho sea de paso, ha sido su norma desde que la hidalguense se sentó en el escaño el 1º de septiembre de 2018, al cual, por cierto, no ha renunciado con el fin de aprovechar la tribuna senatorial para su campaña y mantener su dieta. Hasta Lordlagrimitas, Santiago Creel, dejó la presidencia de la Cámara de Diputados, aunque sólo para ser bateado por el Frente Amplio por México. Beatriz no tuvo que hacerlo, porque conocía la farsa (vestirse de víctima, cuando fue cómplice).
Mucho bla, bla, bla en su intento por ocultar el dedazo, la imposición oligárquica, el teatro que armaron para “seleccionar” al “coordinador nacional”; es decir, un mero trámite en el que casualmente “olvidaron” la por ellos denominada “consulta ciudadana” que significaría (de acuerdo con las “reglas” del propio Frente Amplio por México) 50 por ciento de la elección (la otra mitad fue la encuesta, a todas luces cuchareada). Se les quemaban las habas por oficializar lo que la oligarquía decidió meses atrás y maquillarlo como un “ejercicio democrático”, en el que la ciudadanía ni lejanamente participó, también, por decisión cupular. Eso sí, en su discurso –por llamarle así– de ayer se “comprometió” a “no engañar ni manipular a la gente; siempre les diré la neta”.
De cualquier suerte, hay que reconocer que Xóchitl Gálvez es temeraria, por decirlo suave, porque su “regla de oro”, aquella de que en su “administración” no aceptará “ni huevones ni rateros ni pendejos”, es una apuesta con todas las de perder, topa con la realidad, pues en el circuito prianista, el de los croqueteros chuchistas y el de ella misma, dónde encontraría personajes alejados de tales prácticas, toda vez que las retóricamente rechazadas por Ladybotarga precisamente han sido las características, el combustible, el aceite de los gobiernos prianistas.
Creyéndose muy creativa, Xóchitl se reconoció como “políticamente daltónica, (porque) sólo veo un color, el color de México”. Bueno, pero los especialistas indican que ese padecimiento es “una deficiencia en la visión de los colores”; “se trata de una rara afección en la cual una persona no puede ver ningún color, solamente sombras de gris; la mayoría de los casos de daltonismo se deben a un problema genético. Muy pocas mujeres son daltónicas y el daltonismo total se presenta en muchos animales”. Es cuestión de que lo reconozca, porque “siempre les diré la neta”. En fin, a sabiendas de que se trata de una “candidata” perdedora, eso y mucho más se registrará en la campaña presidencial de Xóchitl Gálvez, a lo largo de la cual, sin duda, saldrán a relucir cualquier cantidad de barbaridades y deficiencias de la ungida. De cualquier suerte, los tres cochinitos (PAN, PRI y PRD) obtendrán, oficialmente y en conjunto, recursos públicos por alrededor de mil 500 millones de pesos para financiar las gracejadas de la hidalguense, sin considerar la voluminosa inyección de dinero privado por parte de los dueños del circo. ¿En serio, Alito, Marko y los Chuchos no meterán la mano en las alforjas? Ni en sueños.
Las rebanadas del pastel
Entonces, garantizada la derrota de su “candidata”, la verdadera apuesta de la oligarquía es el control del Congreso. Ya tiene a los medios de desinformación, al Poder Judicial y a la mafia política, pero ni de lejos le alcanza para la grande. A ver si la dejan quedarse con las cámaras.
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