Ciudad de México. América Latina y el Caribe deben reposicionarse en el escenario internacional marcado por “un gran cambio geopolítico”: la polarización entre Oriente y Occidente, entre Estados Unidos y China, exhortó Aloizio Mercadante, presidente del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social de Brasil (BNDES).
“La región, ante este escenario, necesita seguir buscando, de manera activa, un mundo multipolar. Latinoamérica necesita construir puentes, buscar interacciones entre los países del Sur global”, recalcó durante su conferencia, en el marco de eventos por el 75 aniversario de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
Mercadante, quien desde febrero preside el BNDES, nombrado por el presidente Luiz Inácio Lula da Silva, destacó que los pilares económicos en Brasil durante la actual administración se pasan en una nueva política industrial, un programa de aceleración del crecimiento y la transformación ecológica.
“Esto forma parte de un esfuerzo histórico. Brasil está atravesando por un nuevo momento y es muy positivo, pero esto solo tiene sentido si se comparte con los otros países de América Latina y el Caribe (…) Debemos integrar las cadenas de valor de la región, generar alianzas entre empresas. Necesitamos intensificar la infraestructura para acelerar la integración económica y comercial de la región”, llamó.
Explicó que Brasil ya produce baterías de litio. “¿Por qué no llegamos a un acuerdo conjunto con Chile, Argentina y Bolivia, que tienen grandes reservas de litio, para exportar estas baterías, y no solo materia prima?”, ejemplificó. En ese punto, enfatizó que la región tiene ese desafío; reemplazar sus exportaciones de materia prima, por manufacturas con valor agregado.
José Manuel Salazar-Xirinachs, secretario ejecutivo de la Cepal, continuó en un sentido similar. En América Latina y el Caribe “a pesar del enorme potencial de los países, las tasas de crecimiento en la última década han sido muy bajas, creando un ambiente en el que las brechas estructurales de desarrollo tienden a agravarse”.
La banca de desarrollo, enfatizó Salazar-Xirinachs, está llamada a tener un papel central en el financiamiento de las transformaciones de nuestros modelos de desarrollo y los respectivos cambios estructurales.
Sin esas inversiones masivas que se pueden agilizar vía la banca de desarrollo, “no hay cambio estructural hacia un modelo de desarrollo más productivo, inclusivo y sostenible, ni transiciones para acelerar el paso hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030”, consignó la Cepal.